El escritor uruguayo Eduardo Galeano murió esta mañana a los 74 años de edad en Montevideo. Estaba internado por un cáncer de pulmón desde hacía una semana.
Como uno de los referentes de la izquierda latinoamericana, Galeano siempre se mostró ajeno del mundo "aburrido" de los intelectuales y un defensor incondicional de muchas de las peleas que se libran en el globo, ya sea de las luchas contra el saqueo ambiental, el abuso del imperio norteamericano o la violencia contra la mujer.
Nacido el 3 de septiembre de 1940, en la misma ciudad donde fallecería, Eduardo Galeano fue uno de los exponentes del denominado "Boom latinoamericano", iniciado en la década de los sesenta.
En aquel entonces, era el editor del semanario Marcha.
En 1971, a los treinta años, publicó su obra cumbre Las venas abiertas de América Latina, donde expone una radiografía sobre el sub-continente desde la perspectiva de la explotación y la desigualdad social. La obra padeció la censura en las dictaduras de los respectivos países de la región. Junto con Memoria del fuego, fue traducido en una veintena de idiomas.
Un curioso dato resalta el diario El País de España: en el momento en que el presidente de Venezuela Hugo Chávez le regaló al presidente de Estados Unidos Barack Obama un ejemplar de Las Venas…, durante la Cumbre de las Américas en 2009, el libro pasó del puesto 60.280 al número 10 de los títulos más vendidos en Amazon en tan solo un día.
Además es conocido por sus publicaciones de cuentos cortos, donde muchos de ellos son alusiones a determinados momentos de la historia universal. Parte de ellos fueron compilados en sus últimos Libros como Espejos o Los hijos de los días. También fue conductor de televisión en el programa La vida según Galeano, donde recitaba algunos de sus textos, en el Canal Encuentro, del Ministerio de Educación de Argentina.
Se comenta que el escritor dejó guardado un texto inédito, conservado para que se publique después de su muerte. El material estaría en manos de la editorial Siglo XXI y sería publicado el mes próximo en Argentina, España y México.
Cuando se le preguntó por qué creía que la nueva izquierda latinoamericana de los años 60-70 no logró sus propósitos, él replicó: "yo creo que fue porque confundíamos la grandeza con lo grandote. Que para poder obtener la grandeza había que forjar algo enorme, espectacular, algo hollywoodense. Y en realidad la grandeza siempre está en lo cotidiano, en las cosas chiquitas."