Serenidad, es lo primero que se siente cuando uno cruza las puertas de este palacio de Arte e historia. El ruido de más de siete líneas de colectivo y las tres líneas de tren desaparecen, y los ruidos de la naturaleza toman protagonismo.
Un bello jardín, un aljibe y una gran casona de 1922 conforman el Palacio Noel. Un lugar mágico que logra, casi instantáneamente, que uno se aísle de la gran ciudad.
Conocido por los eruditos en la materia y desconocido por otros, el Museo de Arte Isaac Fernández Blanco encierra una de las colecciones más grandes de cultura hispanoamericana. Además, posee la mayor cantidad de salas con patrimonio exhibido de todo el país.
Imponente platería, instrumentos musicales, pintura colonial e imaginería religiosa, son algunas de las maravillas que forman parte de la muestra permanente del museo. Pero eso no es todo, porque el Fernández Blanco es un museo muy vivo. En él se desarrollan diversas actividades culturales tales como cursos, conciertos casi todas las semanas, conferencias y celebraciones especiales.
Una de las más conocidas, y probablemente una de las más llamativas, es la conmemoración del "Día de los Muertos", una fiesta mexicana de origen mesoamericano que honra a los difuntos todos los 2 de noviembre.
El Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco actualmente funciona en dos sedes. En el Palacio Noel, ubicado en Suipacha 1422, y en la casa Fernández Blanco, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1420. El horario de visita es de martes a viernes de 13 a 19 horas y los sábados y domingos de 11 a 19 horas. La entrada es de $10 y los días miércoles es gratuito.
Además de su impactante patrimonio histórico, el Palacio Noel es famoso por un mito urbano que cuenta que por las noches se pueden ver fantasmas recorriendo los jardines.
Cuenta la leyenda que dicha construcción fue erigida sobre un antiguo cementerio indio y que por eso aparecen dichos espectros. Otros dicen haber visto, en más de una oportunidad, a una mujer vestida de blanco deambulando por los alrededores del aljibe.
Lo cierto es que los trabajadores del Museo negaron dichos mitos alegando que, de acuerdo a antiguos planos de la ciudad, el cementerio indio debería estar ubicado en la Plaza San Martín. Respecto a la mujer de blanco, nada se ha dicho… ¿Será por eso que dicen que el Palacio Noel es un museo "muy vivo"?