“Hoy la Armada Argentina mandó un avión B200 de la Marina y el resultado del rastrillaje no fue positivo, no encontró nada. Del lado uruguayo también salieron, porque el clima lo permitió, pero tampoco encontraron nada. Igual, ellos hasta que no baja el sol no paran”.
Con una entereza digna de admiración y con el objetivo tan claro como en el primer día, José Manuel Yedro García relata lo que fue el noveno día desde que su hermano Francisco “Paco” Solano Yedro desapareció de la embarcación “Eladia Isabel”, de la empresa Buquebús.
La información no es clara y pese a que el hecho ocurrió hace más de una semana aún se desconoce la verdad de lo sucedido.
Lo cierto es que “Paco”, un joven de 23 años que viajaba junto a su madre rumbo a Colonia desapareció de la embarcación y la principal sospecha radica en que cayó al Río de la Plata.
Desde el sábado 25 de julio que no hay más que interrogantes en la cabeza de José. Son muchas las hipótesis formuladas y pocas las respuestas obtenidas.
“Paco” fue diagnosticado con el Síndrome de Nicolaides Baraitser y es el primer caso en Argentina. En el país solamente existen 2 casos y sólo 35 en todo el mundo. La enfermedad tiene aparejado una dificultad motriz elevada que le impide desplazarse con rapidez y sortear obstáculos, tales como escaleras o rejas. Por eso es difícil entender cómo se trasladó sólo en la embarcación sin que nadie lo haya visto, o en su defecto, asistido.
“Algunos pasajeros dijeron haberlo visto deambulando por la bodega del barco, por lo que se presume que puede haber caído al agua. Hay muchos grises en la investigación. Nosotros todavía no tuvimos acceso a las declaraciones oficiales, pero nos llama la atención que lo hayan visto en la bodega, siendo que es un punto restringido, por lo menos hasta antes de llegar al puerto de destino.
Fuera de eso, nadie puede estar puede estar en la bodega. O sea, que las personas que vieron a mi hermano no sé por qué estaban ahí”, explicó José.
Por su parte, tanto el accionar de la Armada Argentina como la de Buquebús dejaron mucho que desear porque recién el sábado pasado, y tras una manifestación por parte de familiares y conocidos de “Paco”, iniciaron las tareas de rastrillaje.
Asimismo, la empresa dueña de la embarcación no se pronunció al respecto ni se hizo cargo de los sucedido, sino que solamente “se ocupó” de brindar asistencia hotelera para la familia que está en Colonia, siguiendo minuto a minuto la búsqueda de su ser querido.
No es un dato menor que cuando Esther García, la madre de “Paco”, no encontraba a su hijo le solicitó a la empresa la detención del barco y Buquebús se negó a hacerlo.“Paco no era de irse sólo, sí era curioso pero no era de alejarse”, expresó José quien al contrario de lo sucedido con la Armada Nacional, sí agradeció todo lo hecho y la buena disposición brindada por la Prefectura de Colonia.
Respecto al estado anímico y de salud de su madre, el hermano mayor, reconoció que su madre sigue en estado de “shock” y que ha tenido que ser asistida por los médicos porque tuvo “dos picos de diabetes”.
Sin embargo, destacó que toda su vida giraba en torno al cuidado de “Paco” y que siempre se encargaba de él.
La realidad de la familia Yedro – García es una carrera a contrarreloj porque saben que según los protocolos de rescate tienen 15 días destinados a la búsqueda intensiva y que trascurrido dicho período, la investigación pasará a ser más pasiva.“Necesitamos que la búsqueda no se termine, tenemos el derecho humano de saber qué paso y conocer la verdad y, en el caso de que se tenga que hacer justicia, que se haga”, sentenció José.