Desde mediados de la década del '40 al presente, elsalto de los superhéroes a la pantalla grande  tuvo su propio empuje apartir del panorama internacional que vivía Estados Unidos, permitiendo serparte y partícipes del consciente colectivo de la ciudadanía norteamericana.

Estos empujes pueden enmarcarse en tres momentos: la primeraes la entrada de los EE.UU a la Segunda Guerra Mundial. La segunda es conla derrota de Norteamérica en la Guerra de Vietnam. Y la tercera, el atentado delas Torres Gemelas, como preámbulo de la guerra contra Afganistán e Irak.

En la década del '40, la primera vez que losespectadores vieron a los superhéroes saltar de las historietas a la pantallagrande fue en los llamados "seriales cinematográficos". Luego del ataque de Pearl Herbor, EstadosUnidos dejó en claro que su enemigo eran los alemanes. La guerra contra el mal enel ámbito político se traslado al ámbito cultural. Superman, Batman y FlashGordon, entre otros, proyectaban sus aventuras divididas por episodiossemanales; cada uno con un cierre abierto que continuaba en el capítulosiguiente.

Con la llegada de la televisión, los seriales pasaron a lapantalla chica. Ya en los '50, el Hombre de acero lo haría con Las Aventuras de Superman, protagonizadopor George Reeves, cuya trágica vida sería adaptada en la película Hollywoodland (2006), donde Ben Affleckinterpreta al propio Reeves, diez años antes de ponerse el traje de Batman.

Enla década del sesenta, la serie Batman,con Adam West a la cabeza, deslumbraba la psicodelia juvenil en los tiempos delflower-power.

Ya con el cierre de la Guerra de Vietnam -la únicaguerra perdida por los Estados Unidos- Richard Donner estrenaba la primera sagade Superman (1978), con ChristopherReeve, cuya gran éxito se vio reflejado en las entradas vendidas.

El espíritu chauvinistade Superman había sido reemplazado por su historia de amor con Louis Lane, enun vericueto de pérdida-recuperación a partir del cambio de órbita de laTierra. Sin embargo, la insignia del hijo de Kriptón como defensor de labandera norteamericana, quedaría más explícito en las secuelas.

En 1989, Tim Burton estrenaba Batman, que junto con BatmanVuelve (1992), otorgó sus pinceladas góticas y con un mayor atractivo enlos villanos de turno.

El “fin de las ideas”, con el cierre de la Guerra Fría,dejó una cierta incertidumbre sobre el destino de una sociedad plagada de patrioterismo.Era la década de Día de la Independencia, pero también de lallegada de los asesinos en serie (Elsilencio de los inocentes, Seven,etc.). La perspectiva burtoniana impulsó la aparición de otros héroes conestéticas similares, como son Spawn (1997),Blade (1998), Hellboy (2004) y El cuervo(1994). Esta última, filmada por Alex Proyas, se convirtió en un filme de cultoluego de la muerte de su protagonista, Brandon Lee, a la mitad de la filmación.

Luego del 11-S, George W. Bush declaró su guerra contra el “Ejedel Mal”. Ahí nomás, arrancaba la taquilla de los filmes de Marvel: X-Men (2000) y Spider-Man (2002).

Los efectos especiales del segundo, influenciadopor Matrix, reveló ciertas estrategias narrativas a lahora de emprender la tarea de construir distintas peleas entre el bien y elmal, algunos siendo copias baratas como Daredevil(2003).

Hoy, con un país autocrítico de cómo se emprendió lainvasión a Irak y reflejado en los votos sacados por Barack Obama, lossuperhéroes se alejan de la idea de convivir en sus respectivos mundos paracrear una serie de sagas y así mantener sus franquicias. Así lo refleja Marvelcon Los Vengadores y hoy lo hará DCComics con el estreno de Batman vSuperman: Dawn of Justice.