Kristina Brown, hija de Whitney Houston y Bobby Brown, se hallaba en coma desde el mes de enero del presente año luego de que había aparecido exactamente bajo la misma escena en la que su madre fue encontrada muerta en noviembre del 2012 es decir, en una bañera.

La única diferencia es que la cantante, que en ese momento tenía 48 años de edad y se encontraba esperando al día siguiente para la entrega de los Grammy, ya estaba fallecida en el momento que fue descubierta en un Hotel de Los Ángeles (California). Y según trascendidos, se debió a una sobredosis, no llamó la atención porque se sabía de las adicciones de la cantante. Sin embargo la policía, según TMZ, encontró aproximadamente media docena de cajas con pastillas en su habitación, incluido el medicamento Xanax pero no se encontraron sustancias ilegales.

Su hija, pareciera ser que buscó, tal vez de forma consciente o tal vez sin notarlo, tener el mismo trágico final. Es que, Kristina nunca pudo superar la muerte de su madre, ya que eran muy unidas y se unieron más todavía cuando ella se separó de Bobby Brown (con quien tenía una relación muy complicada) y con el tiempo, lejos de mejorar, todo fue para peor. No es fácil superar la muerte de una madre o padre pero menos aún lo es si es conocido mundialmente y permanentemente hay rumores de adicciones.

Fue Nick Gordon, el joven que extraoficialmente adoptó Whitney cuando tenía 12 años, el que la encontró en la bañera. Kristina se refería a él como su marido. No era querido por su familia ya que según se dice, ejercía violencia física sobre ella y además se presentó una demanda que lo acusa de que en el mismo momento que su novia y hermanastra estaba siendo internada, retiró dinero del banco.

La joven presentaba la boca y la cara lastimada, Gordon manifestó, que fue porque él intentó reanimarla en el momento que la encontró. Lo cierto, es que desde la internación de la joven, corrieron rumores de que la familia quería desconectarla en el día de cumpleaños de su madre, pero luego pasó la fecha y nada sucedió. Fue trasladada desde el hospital donde la recibieron hasta un centro de cuidados paliativos donde finalmente se produjo el lamentable deceso, con sólo 22 años de edad.