El 5 de abril de 1994 el cuerpo de Kurt Cobain fue encontrado en el invernadero de su casa de Seattle, por un electricista. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación que se llevó a cabo tras su muerte, dio como resultado, que Kurt Cobain se había suicidado y seis días después su cuerpo fue cremado.

Dado que Kurt Cobain era adicto a la heroína y sufría de grandes dolores estomacales, se encontraba sumergido en una gran depresión, y no era nada descabellado pensar que él mismo había querido terminar con su vida. Sin embargo, siempre quedó la duda acerca de que él pudiera apretar el gatillo de la escopeta que puso fin a su vida, por la cantidad de heroína que tenía en su cuerpo. Además el entorno de Kurt estaba al tanto de que él quería separarse de ella y con su muerte todo el dinero pasó a manos de su ex mujer y su hija, lo que abre la hipótesis de que Courtney planeó quedarse con todo.

21 años después de la muerte de Kurt Cobain, Norm Stamper jefe de policía de Seattle retirado, que estuvo a cargo el caso, afirma que se debería reabrir la causa y volver a investigar las causas de muerte de Kurt Cobain, reconociendo que tal vez no fue hecha bien la investigación y afirmando que se pudo haber dado por hecho algo que quizá no fue así.

Si bien ya hubo otra película llamada "Montage of Heck", que trató el mismo punto acerca de un posible asesinato a Kurt Cobain en donde el propio padre de Courtney Love (ex mujer de Kurt Cobain) la acusaba a ella como la culpable de la muerte de Kurt, el nuevo documental que prontamente se estrenaría en las salas "Soaked in Bleach" (dirigida por Benjamin Statley) tiene algo no sólo novedoso sino que le da un importante peso a la trama, ya que es el Sr. Grant ex detective del condado de Los Ángeles, quien llevó la investigación a cabo, quien establece que no fue un suicidio sino que su muerte fue planeada y llevada a cabo por Courtney Love.

La ex mujer de Cobain desde el primer momento quiso impedir que la película sea exhibida, y esto mismo fue expresado en la película.