La presidente de la República Argentina, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, anunció un incremento del 18,26% previsto por la Ley de Movilidad Jubilatoria. Así, la jubilación mínima crecerá de 3231 pesos a 3821 pesos y el haber medio de 5759 pesos a 6806 pesos. De esta forma, la mínima llega al 81% del salario mínimo establecido en 4716 pesos, a partir del mes pasado.
Aclaró la mandataria que la medida, no es más que una cuestión formal. "Lo anuncio hoy, porque por Ley tengo que anunciarlo hoy", manifestó. La presidente afirmó que esta política de Estado es una deuda saldada del país con los adultos mayores, quienes desde el 2003 hasta hoy y con la sanción de la ley en 2009, han sido incluidos como parte de la sociedad.
A su vez, remarcó que el aumento, es el resultado de una inversión anual de 124 mil millones de pesos. Quien rige los destinos de los argentinos, en este período democrático, expresó que cuando asumió el presidente Kirchner los jubilados cobraban 150 pesos, y ese haber creció un 255 %.
Estos números representan un gran avance; si bien ese 255 por ciento debe ponerse en relación a los altibajos económicos, relacionados a la inflación y otros efectos de la economía generados por actores internos y externos de la política nacional e internacional, eso no desacredita los esfuerzos transformados en realidades con que cuentan los beneficiarios de esta política, de alguna manera justa,
Cristina Fernández de Kirchner hizo hincapié en que este gobierno fue el que más honró la deuda y no se refirió a la deuda externa, sino a la gran deuda interna de los gobiernos nacionales para con su pueblo.
En este caso, el sector de la tercera edad, quien después de 50 años alcanzará la brecha más baja entre salario mínimo y haber jubilatorio, cuando gobernaba el doctor Arturo Frondizi, entre 1958 y 1962.
Con esta noticia, la diferencia entre la jubilación y el 82 % del salario mínimo se recortó a 25 puntos, llegando a las puertas de lo logrado hace 50 años, reclamo histórico que está siendo implementado, por este gobierno.
La importancia de esta política está radicada sobre todo en dos puntos fundamentales. El primero está relacionado a la reconstrucción moral y ética de un país, ya que una sociedad que no reconoce en sus mayores a personas que lucharon siquiera desde sus puestos laborales, es una sociedad canalla y con valores que perjudican al ser humano en su conjunto.
El segundo punto, sin dudas habla del éxito económico del país, dirigido por una política que beneficia en este caso al sector de la tercera edad y que lo transforma en algo material, pero del que se desprenden muchas ramas fértiles de las que cualquier poblador empieza a descubrir cuando se sienta a pensar.