Este viernes cerraron las campañas electorales de las PASO porteñas, que tendrán lugar este domingo. Esta elección, implementada desde 2009 para seleccionar a los candidatos definitivos de cada espacio político, contó con una gran puesta en escena de todos los postulantes a jefes de gobierno, vice jefes de gobierno y legisladores, abriéndose con claridad, pese a la pluralidad, dos sectores bien marcados: el de la derecha y el de la izquierda.
Las discusiones se dieron tanto dentro de los partidos como fuera de ellos, y sus referentes han salido a respaldar por cuanto micrófono le pusiesen, chicanas que no hacen a la solución de los problemas reales de la población.
Hemos visto cómo el actual jefe del PRO, Mauricio Macri, ha hecho públicas sus adhesiones a su delfín, dejando a la vista de todos las diferencias con su ex vicejefa, Gabriela Michetti.
También la ciudadanía se ha hecho eco de las profundas diferencias entre el peronismo y el radicalismo, sobre todo hacia sus propios espacios. La política excedió a estas expresiones y desde el 2002 hasta hoy aquellos que parecían ir por el mismo camino se encuentran en la vereda de enfrente.
Las voces de las diversas fuerzas opositoras al macrismo, coinciden en el análisis global de los graves problemas que golpean a la ciudad de Buenos Aires. El crecimiento de la mortalidad infantil, la falta de infraestructura hospitalaria, la falta de insumos en escuelas y nosocomios, la extrema desigualdad en cuanto al manejo presupuestario entre el sur y el norte.
También el narcotráfico, que opera en connivencia con las fuerzas de seguridad y el poder judicial; la trata de blancas a través de prostíbulos que inundan la ciudad; el caos que genera el transporte público por la saturación de vehículos y la ineficiencia en poder generar estrategias a corto y largo plazo, nos indicarían que el PRO no podría llegar ni al 5% de los votos.
Sin embargo, a través de la tecnología y las comunicaciones, el macrismo ha logrado mantener un alto piso de votantes que lo hacen favorito para ganar las próximas elecciones del 5 de julio.
Cada espacio presentó a diversos precandidatos. Englobando a todos en dos grandes espacios, uno de centro-izquierda que defenderá políticas enmarcadas a solucionar los problemas de los más desposeídos para limar desigualdades, se encuentran: en el Frente para la Victoria, Aníbal Ibarra, Gustavo Oviedo, Mariano Recalde, Gabriela Cerruti, Gustavo López, Carlos Heller y Víctor Ramos; por el espacio MST Nueva Izquierda y alianzas, lo harán Hector Bidonde, Sergio García, Maru Lopes y Martín Torres; para Autodeterminación y Libertad irá el legendario y coherente Luis Zamora; por Camino Popular, Claudio Lozano; para el Frente de Izquierda y de los trabajadores lo hará Myriam Bregman; por Alternativa Buenos Aires, irá Pablo Ferreyra; por el Movimiento al Socialismo irá Manuela Castañeira; por SURGEN, Humberto Tumini y Sergio Abrevaya y por el Partido Humanista, Gustavo Tenaglia.
El otro espacio, el que va desde el centro a la derecha y sólo busca soluciones para las ganancias de los que más tienen estará encabezado por el PRO, que -denuncias internas mediantes de la candidata al candidato, que oscurecieron los resultados del márketing encuestador-, presentará a Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti.
Por el Frente Renovador se presentará Guillermo Nielsen; por el Movimiento Federal lo hará Enrique Piragini; por Energía Ciudadana Organizada Martín Losteau, Graciela Ocaña y Andrés Borthagaray; por Bien Común, Gustavo Vera y Leonardo Fabre; por Bandera Vecinal, Ramiro Vasena y por Es Posible, el actor Ivo Kutzarida.
A partir de las 8 h. del domingo, quienes residan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires podrán elegir hasta las 18 h. Para los mayores de 18 años es obligatoria y para aquellos que tengan 16 y 17 años, optativa.