Esincreíble escuchar y mirar en los medios la cantidad de casos, mujeresmaltratadas y hasta asesinadas por sus parejas actuales o ex parejas. Parecealgo que ya está fuera de control y para algunos hasta la única opción ante unaruptura o ante la negación de la mujer. Es inexplicable la reacción de estoshombres, si así se les puede llamar, por que actúan sin pensar, y se dejanllevar por la ira sin medir consecuencias. ¿Hasta cuándo? puede ser la preguntaque nos hacemos a diario, sin tener la respuesta, porque es difícil de pararcon algo de semejante índole.

Las mujeres hablamos cotidianamente de situaciones quese presentan con parejas o ex obsesivos, controladores, y hasta agresivos,sufrimos a menudo violencia verbal, y hasta incluso maltratofísico. Claramente son indicios que nos llevan a un solo final, concluimos quese convierten en peligrosos enemigos.

Ahora la cuestión no es solo detectar los indicios,sino también cómo debemos alejarnos y cuidarnos de estas personas corrosivasque pueden causar un daño irreversible. Esto no indica que todos los hombresque demuestran indicios de agresividad terminen con nuestras vidas, perosabemos que en la mayoría de los casos, los que desencadenan los hechos defemicidio ya han demostrado con anticipación estos tipos de violencia.

El miedo se apodero de muchas mujeres, que antesituaciones de agresividad, prefieren callar y seguir una relación por temor alo que les puede pasar. Están vulnerables, porque ya no hay forma de encontraruna seguridad o control sobre el accionar del otro ya que este es impredecibley se puede desencadenar en cualquier momento y por lo que vemos en cualquierlugar.

Ya no solo se da en la intimidad de un hogar, vemos casos en plena calle,frente a autoridades, en un  restauran a plena luz del día y con ciento depersonas alrededor. Por miedo muchas continúan, como comente antes, en estetipo de relaciones enfermas, pero eso no les da la seguridad de que no lessuceda nada, de hecho ya están viviendo un calvario y nunca se sabe el final.Lo que si queda claro es que ante tantos hechos las mujeres no saben cómoactuar.

Si se quedan al lado de un agresor, tienen incertidumbre de lo quepuede suceder y si se alejan y toman el valor de romper con tal vinculo, temenpor su vida.

Qué podemos hacer más que aferrarnos a nuestros seresqueridos, o buscar apoyo en centros de ayuda para mujeres que viven este tipode relaciones,  no hay muchas opciones, y creo en mi humilde opinión, quese debe hacer un trabajo minucioso para dar seguridad y ayuda a las mujeres quepadecen a diario hechos de violencia y agresividad. Se tiene que encontrar laforma de proteger y contener. No está de más decir que en muchos casos  hahabido denuncias, las cuales son archivadas u olvidadas como si fuese un casomenor, haciendo oídos sordos al reclamo, al socorro de ciento de mujeres. 

Estamos hablando de tomar conciencia, deaccionar contra tales hechos.

 Empecemospor lo que tenemos a nuestro alcance, cuidemos, apoyemos conversemos, connuestros hijos, nuestros hermanos , amigos, ya sea a prevenir este tipo derelaciones como así también a salir ilesas de ellas. 

No dejemos de hablar, de sacar a luz cada hecho demaltrato, físico, psicológico, del tenor que sea, no minimicemos los hechos deun agresor, tomemos parte, no hagamos como si no existieran, hagámonos cargo enla medida que podamos. No permitamos que el miedo nos paralice,  podemos salir adelante, solo hay que hacerlo a tiempo.