Para esta última edición del mundial, ycomo después de aquella vez nunca más tuve ganas de armar un álbum, porcausalidad le armé uno a Valentín, mi hijo, para que tuviera de recuerdo;empezó como algo al pasar cuando mi suegra trajo el álbum de regalo, porque lehabía hecho ese mismo obsequio a cada uno de sus nietos, fue así que uno de missobrinos me dio las repetidas y empecé con una buena base, pero terminamos conNoelia, la mamá de mi hijo, mandando un correo a Panini para que nos enviara(ahora se puede hacer esto que antes no se podía) las siete figuritas que nosfaltaban.
Y se lo completé al álbum y se lo tengo guardado.
Ese día de la final dije que novolvía más a Brasil; terminó elpartido y me quería volver, esa semana que me quedé demás porque fuimos con losboletos de ida y vuelta comprados; no la pude digerir, recién se me pasó alllegar.
Me pasó en Copacabana, un par dedías después de la final, que cuando devolvía una reposera me empiezan cantar “Milgols, mil gols,… só o Pelé, só o Pele, Maradonacheirador” (Mil goles…es Pelé, es Pelé, Maradonadrogadicto), y el flaco me seguía cantando esa canción cada vez más cerca de lacara, hasta que en un momento le digo “para flaco, basta”, y el tipo me dice“no boludo, te estoy jodiendo, soy argentino, cambia la cara que estamos en Brasil.
Tenés que estar contento quellegamos a la final”. El tipo con una alegría envidiable se había dado cuentapor la cara que llevaba, varios días después, que era argentino y me trataba delevantar el ánimo haciéndome una joda. Un fenómeno.
Pero eraimposible, no va con mi personalidad. Era una tristeza absoluta. Por eso,cuando leo que hay tipos que sienten orgullo cuando ven a sus pares con unatristeza desconsolada por algo que anhelan y que no se consiguen me dejantranquilo.
No me hacen sentir tan solo.
Pero pese a que ésta y aquella, son tristezas sin fin, Valentín pudo más. Y valió la pena esa noche de fríoen la que fuimos a festejar a la Catedral, y esos días con distintos amigos en cada uno de lospartidos, y cada momento que pasamos juntos intentando que le quedara para elfuturo su álbum completo.
Espero que algún día le pueda mostrar él a su hijo ese álbum que pudoconservar y que su viejo le guardo, o sino simplemente lo tenga para él, y losaque de tanto en tanto.