Como ya todos saben, ayer se suspendió el partido entre Boca y River por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores 2015. La decisión se tomó principalmente porque varios jugadores de River se vieron imposibilitados de seguir jugando debido al gas pimienta lanzado por hinchas de Boca. 

El espectáculo fue lamentable en todo sentido. No sólo por el hecho en sí, sino también el manejo de los dirigentes, de los árbitros, del veedor de la Conmebol, de la policía y los propios jugadores del club Boca Juniors. Ya estamos acostumbrados en nuestro país a permitir que aquellos que más dañan y perjudican al Fútbol sean siempre los protagonistas.

¿Pero, por qué nadie hace nada? Esa es la pregunta que deben hacerse todos y cuya respuesta es un enigma. 

En casi todos los hechos de violencia, siempre se detectan a través de las cámaras a los responsables de los daños, pero raramente se los multa o sanciona. En general, siguen ingresando al estadio como si nada hubiera pasado y de forma impune. Sabiendo esto, es moneda corriente que sucedan estos sucesos y esperable por parte de los "hinchas" del fútbol. 

Lo que sí llamó la atención fue la inoperancia con la que se manejó la situación. Entre el árbitro del partido y el veedor de la Conmebol se tomaron alrededor de una hora para suspender un partido que debería haberse terminado a los pocos minutos de transcurrido el incidente.

Ninguno de los dos quería tomar la responsabilidad de hacer lo mas lógico y razonable: postergar el encuentro. En vez de eso, barajaban la posibilidad de seguir adelante, algo inoportuno e incorrecto, considerando lo afectados que estaban algunos jugadores de River.

Otros irresponsables, y no menos importantes, fueron los jugadores de Boca Juniors.

Ante la imposibilidad de varios de sus rivales de seguir jugando, se mostraron pocos solidarios y en algunos casos, disconformes con la decisión del juez. También se posicionaron  para seguir jugando luego de suspendido el encuentro. Vergonzoso.

Encima, al finalizar, el arquero Agustín Orión decidió aplaudir antes de retirarse del campo de juego.

Un hecho lamentable y triste viniendo de un profesional que debería dar el ejemplo. 

Por otra parte, la policía parece ser siempre cómplice. ¿Cómo puede ser que teniendo una manga cerca del alambrado no se haya realizado un cordón policial en la zona? ¿Inoperancia o intencionalidad? ¿Los dirigentes tienen algo que ver con esto? Yo creo que sí, y mucho. Son los que respaldan a las barras, los que miran para otro lado cuando es necesario y los que hacen negocios para sus bolsillos. Son los principales responsables del mal que encausa a la violencia en el fútbol. 

El operativo policial de ayer falló, no sólo en el incidente más grave, sino también en el desalojo de los hinchas. Cuando los jugadores de River encararon para la manga para abandonar el campo de juego, fueron golpeados con botellas llenas de agua.

Otro episodio que tampoco fue previsto por la policía a la hora de cuidar la integridad de los jugadores. 

De todas formas, me pregunto: ¿por qué la policía tiene cuidar con escudos a jugadores, dirigentes y allegados a un club, de proyectiles lanzados por hinchas de otra institución? ¿No sería más fácil suspender un encuentro apenas se lanzase un elemento contundente y sancionar gravemente al club? Mientras la AFA siga permitiendo este tipo de conductas, la violencia en el fútbol no va a frenar.

Las medidas precautorias para luchar contra la violencia en el fútbol no han sido satisfactorias. Suspendiendo partidos y reanudándolos sin público no se solucionó nada, ya que los episodios de violencia siguen apareciendo.

¿Y si Boca queda eliminado de la Copa Libertadores?

¿Qué pasaría si la Conmebol tomara la decisión de descalificar a Boca Juniors de la Copa Libertadores, de sancionar económicamente al club y de no permitirle participar de la edición del año que viene? Creo fehacientemente que para notar cambios, se necesitan autoridad y compromiso. Para eso, alguien tiene que asumir las consecuencias y empezar a tomar medidas drásticas y fuertes. Es hora de que la impunidad y la libertad de acción por parte de los delincuentes del fútbol termine. 

Espero que la Conmebol tenga lo que hace falta para tomar una decisión certera y responsable. Por su parte, la lamentable AFA ya comunicó su deseo por terminar el encuentro y que no haya sanciones para Boca Juniors, pero es la Conmebol quien tiene la decisión final.