Gatos que hablan, rocas mágicas, sucesos sobrenaturales,tiempo no lineal y personajes solitarios son características quetienen en común algunas de las obras de Haruki Murakami.

Otro de los sellos del escritor japonés es su veta musical,que plasma a través de sus obras. Es que Murakami,mediante su literatura, nos transporta a un mundo musical, a un mundo en elcual oír es parte de la experiencia. Quizás sea porque regenteó un bar de jazzen Tokio durante siete años.

La vida de Murakami dista de ser la clásica historiatriunfal de un alma que deseaba consagrarse en la literatura.

Cuando comenzó aescribir, al cumplir los 29 años, decidió vender el bar para dedicarse a las letras.La decisión fue acertada, porque su obra ha trascendido fronteras, ganando premiosy siendo traducida a más de 50 idiomas.

Un dato curioso esque el japonés parecería ser un eterno favorito al máximo galardón literario, elNobel. Para quienes admiramos su trabajo y devoramos con fascinación “Tokio Blues”, “Los años de peregrinación del chico sin color” y “Kafka en la orilla”, un premio no noshace la diferencia. Creo, incluso, que un homenaje semejante lo volvería algoasí como menos nuestro.

Haría que ese mundosurreal, oscuro y solitario, ese mundo que nos entrega Murakami, seareconocido académicamente, paquetizado y devuelvo al público con una notasobresaliente.

Convertiría a nuestro pequeño gusto culposo de leerlo en algo aceptabley hasta esperable.

Asimismo, Murakami ha confesado, en el consultorioonline que abrió por el mes de enero, sentirse molesto ante la situación. Molesto ya que, al noser un finalista oficial, él es sólo laapuesta de alguien. La cercanía del autor con sus lectores es tal que, en su web oficial, se puede indagar en su intimidad, y observar cómo es su escritorio e incluso saber cuál es su taza favorita.

Con respecto a cómo toma el trabajo, el propio Murakami enuna entrevista realizada para la misma página, explica: “para mí, escribir una novela escomo soñar. Escribir una novela me permite soñar, intencionalmente, mientrasestoy despierto”. 

Su fascinación por la música, que se cuela entre las páginasde sus Libros, desde clásica, pasando por rock hasta llegar al jazz, es constante.Sobre ello, comenta que la música despierta suimaginación, que es una parte indispensable de su vida y que escribe con músicabarroca de fondo.

Es que Murakami nos transporta a un mundo irreal, donde loshombres se pueden comunicar con gatos, donde realidades paralelas puedenacontecer y donde la tristeza es palpable. Sus obras tienen un selloparticular; la música. La música que da vida al texto y que lo acompaña. Es quesus años de jazz están presentes en sus escritos.