El doctor Carlos Rozanski reúne los méritos académicos, profesionales, científicos y personales más sobresalientes, que lo convierten en un destacado referente como hombre de derecho, por cuanto las consideraciones que se exponen son solo un ejemplo de su invalorable aporte a la justicia universal.

Al respecto, la condena a los represores por crímenes de lesa humanidad, entre ellos al ex director de Investigaciones de la Policía bonaerense Miguel Etchecolatz, a quien fuera el capellán de la policía Christian Von Wernich, y a los integrantes del Servicio Penitenciario que actuaron en el centro clandestino de detención y torturas "La Cacha" (por el dibujo animado de la bruja "Cachavacha") bautizado así por los mismos represores que hacían desaparecer a sus víctimas, y que funcionó bajo la jurisdicción del área 113, sub-zona 11 entre los años 1976 y 1978, demuestran su compromiso con los fundamentos y el espíritu de la Constitución Nacional y con los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.

Su labor intachable lo llevó a juzgar por primera vez a los servicios de inteligencia del Ejército de La Plata, desmontando tenebrosos procedimientos de los dispositivos del terrorismo y desafectó las dependencias policiales donde funcionaron los centros clandestinos de detención para convertirlas en sitios de memoria.

Bregó por la verdad, memoria y justicia haciendo realidad construir un futuro en el que no existan posibilidades de repetición de las atrocidades vividas.

Aplicó la figura del genocidio, que no tiene pena prevista en el Código Penal, pero que le dieron a los procesos de lesa humanidad el contexto adecuado para que la sociedad pudiera entender desde dónde debían ser encarados los hechos.

El Dr. Carlos Rozanski integra el Movimiento de Justicia Legítima guiado por los principios democráticos elementales que busca la constante participación de los sectores más vulnerables.

Apoyó la democratización de la justicia mostrando una evidente voluntad de cambio frente a quienes han marchado reafirmando a la corporación judicial ante el avance de una reforma que busca romper con todo privilegio económico, político o de poder, y fundamentalmente que quiere terminar con quienes han convalidado golpes de Estado.

En nuestro país están quienes pretenden mantener la justicia tal como está, frenando los cambios y conservando el mismo poder en manos de los que lo han tenido siempre, aquellos que han acompañado a las dictaduras generando como consecuencia la impunidad que continuó después.

Pero también en nuestra sociedad convergen quienes quieren cambiar la justicia para que se dirija hacia la protección de los sectores más vulnerables, quienes desde el año 2003 marcaron un punto culminante para terminar con la impunidad, actores con visión humanística y democrática que realizaron una revisión del modelo de justicia, y en consecuencia, del modelo de país, y el doctor Carlos Rozanski es ejemplo ello, llevando su labor con honradez, compromiso, y vocación por la participación popular.