Con discurso claro, un economista joven que habla sin repetir las complicadas frases de sus colegas, Martín Lousteau representa un perfil nuevo, al menos en la imagen.
Como candidato no repite promesas sin análisis como acostumbran la mayoría. En eso, sin dudas, se diferencia del partido gobernante en la ciudad: Su postulado y ganador en 2007, Mauricio Macri, prometió hacer 10 kilómetros de subte por año. En ocho años hizo apenas 5 kilómetros.
Pero las diferencias de forma no parecen reflejarse en el fondo. La candidatura de Lousteau es promocionada por Elisa Carrió y Ernesto Sanz, principales aliados del jefe de Gobierno a nivel nacional.
Es decir, el espacio ECO, que candidatea a Losteau como alternativa a Macri, está aliado a él en las nacionales. ¿Si critica su gestión como jefe de Gobierno, por qué lo apoya para Presidente?
ECO era una propuesta interesante para el PRO, que se sintió vencedor anticipado en la ciudad. La idea de que Carrió y Sanz generen un candidato propio, podría atraer votos que el PRO jamás tendría.
Entonces el oficialismo porteño tendría como segunda fuerza a ECO, un macrismo light. Además, desplazar totalmente al kirchnerismo del segundo lugar sería un golpe para el gobierno nacional.
En ECO, Lousteau compitió con Graciela Ocaña y Andrés Borthagaray, entre los tres sumaron un 22% en las PASO, 4 puntos encima del kirchnerismo.
Por su parte, el PRO en los inicios tenía cuatro candidatos: La senadora, Gabriela Michetti; el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el legislador, Cristián Ritondo; y el senador Diego Santilli. Los últimos dos se bajaron por orden del líder del partido, la competencia quedó entre Larreta, preferido de Macri, y Michetti, la que mejor medía en las encuestas.
El líder lo había planeado todo, la senadora lo acompañaría como candidata a vicepresidenta y el jefe de Gabinete sería su sucesor en la Ciudad de Buenos Aires. Michetti se negó, ¿Si era la preferida del electorado, por qué no postularse?
Esto enfureció al jefe del PRO.
Macri apoyó al jefe de Gabinete, y se mostró con él en campaña.
Esto revirtió la tendencia, el preferido del líder aplastó con el 28 por ciento al 18 que sacó Michetti. Otra cosa no se podía esperar del electorado fiel a un partido tan vertical.
El macrismo festejó un 46%, aunque cuando lo pensaron dos veces, fueron optimistas por demás. Si bien es un caudal alto de votos, representa un techo para el ganador de la interna del partido.
Es posible que algunos de los votantes de Michetti se fuguen a las filas de Lousteau: Los macristas enojados con la campaña sucia de Larreta y Macri; así como también, un grupo de progresistas confundidos y antikirchneristas que no simpatizan con el PRO, y vieron en la senadora un perfil social, que ahora observan en Lousteau.
El boomerang Lousteau
Larreta tendrá que pisar los votos que tiene, mantenerlos. Es imposible que logre atraer más de lo que el PRO saco en las internas.
Por parte de Lousteau, los porteños parecen haber olvidado que él formó parte del kirchnerismo. Por eso, su estrategia será polarizar con el candidato macrista. La idea es llegar a un ballotage: El 32% que no votó por estas dos fuerzas, se dividiría entre votar por Lousteau o impugnar.
El economista, arma usada por Macri para desintegrar al kirchnerismo porteño, podría volver como un filoso boomerang. Para el PRO, la Ciudad representa el punto de fuerza de su partido, perderla significaría un gran fracaso.