La era K se ha caracterizado por las "re privatizaciones". El caso mas claro de esta política es el de la petrolera yacimientos petrolíferos fiscales, que fue "privatizada" en los 90 bajo el mandato menemista, cuando esta administración decidió convertir a la petrolera en una sociedad anónima e imponer políticas de desregulación y libre mercado con el fin de profundizar la entrada de capitales privados a la empresa.
A la vez mantuvo un 20 % de las acciones en oro en manos del estado nacional mientras que las provincias mantenían solo un 12 %, Dichas acciones fueron vendidas junto con parte del paquete a la española Repsol en el año 1999. Durante la era k se profundizaron las políticas de entrega a Repsol y demás petroleras privadas y extranjeras, esta profundización se explica porque el matrimonio Kirchner avalo desde la gobernación de santa cruz, todas las "privatizaciones" del menemismo incluida la de YPF.
Una de las medidas que el gobierno de Néstor Kirchner tomo en este sentido fue la entrega de la plataforma marítima Argentina a Repsol a través de una sociedad anónima "fantasma" llamada Enarsa.
Posteriormente el 25 % del paquete accionario de Repsol en YPF fue vendido al grupo Petersen Eskenazi bajo el pretexto de la "Argentinización", esto supuso una forma de reprivatización con capitalistas locales, dicha compra se llevo a cabo con dinero prestado por Repsol y sus socios o accionistas. A la vez el gobierno argentino le entrego en concesión por cuarenta años el yacimiento de cerro dragón a la empresa Pan América Energy.
Luego de años de "entrega", de "saqueo" y de "fuga de capitales", el gobierno de cristina Fernández decreto la expropiación de parte del paquete accionario de Repsol en YPF, haciéndose cargo el estado nacional y las provincias de las acciones expropiadas. Sin embargo esta medida confirma la privatización de YPF al mantener las formas de sociedad anónima sin control público y con ello un buen porcentaje de acciones en manos de grupos privados, a la vez que deja abierta la puerta para ampliar la participación de dicho sector, esto explica porque Repsol recupero parte de las acciones vendidas a Eskenazi.
Al mismo tiempo entro como accionista el multimillonario mexicano Carlos Slim y el magnate George Soros se convirtió en el cuarto accionista de la empresa. La expropiación de las acciones de YPF a la española Repsol, no se debió a una gesta nacionalista sino al negocio del fracking que en Argentina tiene como símbolo al yacimiento de vaca muerta situado en la cuenta neuquina, en las provincias de Neuquén, Río Negro y Mendoza, detrás de este negocio están los intereses de la familia Rockefeller, a los que responden la transnacional estadounidense Chevron, denunciada en varios países por contaminación, como es el caso de Ecuador.
En este sentido el gobierno argentino firmo un acuerdo para entregar por 35 años la concesión de vaca muerta a Chevron con el fin de desarrollar la política de contaminación por medio del gas no convencional, a la vez impulsa una nueva ley de hidrocarburos a medida de las grandes transnacionales.
Esta nueva política "entreguista", encarada por el gobierno nacional, va a traer como consecuencia los mismos efectos que dejo la privatización a manos de Repsol, es decir mas "saqueo", mas "contaminación" mas "fuga de capital" y mas ganancias extraordinarias a favor de las grandes corporaciones y mas "endeudamiento" y "penurias" para el pueblo. ¡Ante estos proyectos solo nos queda la lucha!