En los últimos años se amplio el "modelo extractivo" heredado de la década menemista. Dicho modelo se basa en la "privatización y/o extranjerización" de los principales recursos (Alimentos, Hidrocarburos, minerales, etc). Esto viene acompañado de políticas tales como la aplicación de la semilla transgénica en los alimentos, la fumigacion por medio del glifosato, la inversión en energías no convencionales y en proyectos de megaminería a cielo abierto.

La era K se caracterizo por "acatar" las "recetas" dictadas por las principales "potencias imperialistas" (Estados Unidos, Unión Europea, China, etc) con el fin de fortalecer el "saqueo" de nuestros recursos naturales en beneficio de las grandes corporaciones extranjeras (Repsol, Pan América, Dow Chemical, Chevron, Soros, Monsanto, Barrick Gold, etc), en perjuicio de la salud, del medio ambiente y principalmente de las poblaciones originarias.

Con la nueva administración Macri, como señala la socióloga y escritora Maristella Svampa, en entrevista con el semanario uruguayo "Brecha": "Habrá continuidad respecto del extractivismo, la megaminería, el fracking, el acaparamiento de tierras y el agronegocio". Esto que señala Svampa se manifiesta en la designación y/o permanencia de funcionarios al servicio de las multinacionales.

De esta manera la continuidad del ministro de Ciencia, tecnología e innovación productiva, Lino Barañao (Hombre asociado a las corporaciones, defensor e impulsor del glifosato y del transgénico) en el gabinete Macrista, representa la vigencia de una ciencia ligada a los grandes intereses (especialmente a los de Monsanto) vinculados con el modelo de agronegocios.

A la vez la designación del ex CEO de Shell Juan Jose Aranguren al frente de el ministerio de energía y minería. Y de un "lobbista" de la Barrick Gold, como es el caso de Mario Capello, en la subsecretaria de minería, fortalece el "saqueo" a cielo abierto, el "envenenamiento" del agua y de la tierra por medio del cianuro; así como la "entrega" de los recursos hidrocarburiferos a través del desarrollo de energías no convencionales, en este sentido, en las últimas semanas, la nueva administración ha profundizado los acuerdos firmados en el año 2013, entre YPF y la petroquimica estadounidense Dow Chemical, basados en extender la explotación de petroleo no convencional del área "El Orejano" en Vaca Muerta y en entregar el 50 % de la concesión de dicha área a la petroquimica yanqui.

Como bien escribe, Mauro Vargas (Un obrero despedido de Dow Chemical), en el periódico "La Izquierda Diario": "El pacto firmado por Macri es continuidad de uno realizado en 2013 por la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner. El kirchnerismo, en la búsqueda de capitales imperialistas para la explotación del enorme yacimiento de gas no convencional de vaca muerta, realizo entregas noventistas como la firmada con Chevrón.

Clausulas secretas de por medio le brindó un negocio redondo, que luego ratificó con la Ley de Hidrocarburos, que significo una entrega casi absoluta de los dividendos obtenidos".

Frente a esta nueva etapa "entreguista", habrá que fortalecer la lucha de "los de abajo", única alternativa para frenar estos proyectos y avanzar hacia una sociedad libre de toda contaminación ambiental, basada en la soberanía de la tierra, de los alimentos y de los recursos naturales, así como en la dignidad de las comunidades originarias.