La apertura del cepo al dólar, y la política que aplico Mauricio Macri y su gestión tuvo intensiones de promover y flexibilizar la importación y las compras al exterior, sin embargo continúan las mismas trabas y exigencias para importar que en la gestión anterior.

La AFIP tomo la medida de retirar el recargo de 35% de impuesto a las compras en tarjeta con moneda extrajera y llegaron a la resolución de devolver todo el monto retenido durante los años que funciono el impuesto, pero resulta insólito que todas las limitaciones que se encuentran fijadas en Aduana y con colaboración del Correo Argentino, siguen vigentes para complicarle la vida a los compradores internautas.

Tanto el cupo de únicamente dos compras anuales por persona física, como el límite de 25 dólares americanos, del cual superando el monto se cobra un 50% de impuesto sobre el precio del producto, siguen vigentes, sin mencionar que es necesario presentar una declaración jurada sobre dicho paquete, además de tener que ir a lacentral de coreo internacional correspondiente, siendo que cuando uno compra un paquete del exterior paga el envió con servicio de puerta a puerta. Un servicio que el correo Argentino no brinda hace más de un año y viola furtivamente las normas de libre comercio interregionales.

La Aduana de Argentina no solo es un organismo ineficiente sino que tampoco tiene las intenciones de serlo, es un organismo corruto por donde los productos importados de contrabando siguen ingresando libremente al país, en containers clandestinos que no solo traen tecnología y otros artilugios sino también drogas y otros elementos ilegales.

Por otro lado el correo Argentino deterioro su servicio en la gestión del último gobierno kirchnerista, abarrotando sus oficinas de personal que no trabaja. Actualmente el correo Argentino no solo no entrega los paquetes pedidos del exterior, sino que la misma entidad presenta problemas incluso para entregar la correspondencia local.

El maltrato al público en el momento de atención al cliente, es algo tan alevoso que no merece más mención.

Las restricciones se hubieran profundizado si no hubiera intervenido con un reclamo la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los cuales se valen de la importación para su funcionamiento, pero también es cierto que gracias a la explotación y los revendedores de dichas medianas empresas, las restricciones de la importación se impusieron para todos.

Es cierto también que muchos productos chinos tienen un precio muy bajo debido a su mano de obra barata, y que un mercado Argentino no puede competir con ellos, pero es cierto también que el mercado Argentino es conocido por sus precios increíblemente aumentas por sobre el precio real, lo cual resulta muy injusto para el público consumidor que conoce el precio real de un producto, y se ve obligado a pagar un precio inconmensurablemente más alto, del que podría pagar trayendo el mismo su producto del exterior.

Es necesario entonces exigir al nuevo gobierno bajo de Mauricio Macri, no solamente que flexibilice las reglas estrictas de importación, que forman parte del cepo al dólar que sigue presente, sino también fundamentalmente que discipline el mercado interno, donde los precios inflados son moneda corriente castigando el bolsillo del comprador.