Poco después de la 1:30 de la mañana el teléfono de mi casa comenzó a sonar. Habiendo sufrido una tragedia en la familia hace muy poco tiempo que también fue anunciada en la madrugada, la exaltación al escuchar el timbre fue inmediata.
Al atender el llamado una mujer llorando histérica dice; "Hola, soy mamá, ¡no sabés lo que pasó!". Su voz me resultaba extraña, pero estando algo dormido y con el nerviosismo de esa mujer, podría ser tranquilamente mi madre fuera de sí.
Cuando le pregunté qué había sucedido me respondió, "Entraron ladrones en casa;, están revolviendo todo y me van a matar". Esta vez me pareció más claro que esa no era la voz de mi madre, pero curiosamente sonaba mucho a la de mi hermana, y pensé que quizás en la histeria yo la había entendido mal y que era mi hermana la que me avisaba de algo que le había pasado a mi madre.
Volví a preguntar quién habla y contestó: "me seguís preguntando qué, cómo, ¿no entendes? Soy mamá, ¡me van a matar y saben que vivís en…!" en ese momento indicó la calle donde vivo. Con esta información relacioné que el único dato que se puede saber a ciencia cierta de un número de teléfono es la dirección, ya que el titular muchas veces cambia y no se informa.
Además, por su respuesta me di cuenta que empezaba a frustrarse, ya que todas mis respuestas eran preguntas y ninguna le brindaba información.
Mi último interrogante, luego de que volviera a afirmar que era "mamá" fue: ¿Qué mamá?
Eso fue suficiente para que me cortara y no volviera a comunicarse. Turbado por lo sucedido no pude conciliar el sueño, pensando en que esa mujer seguiría efectuando esos llamados durante el resto de la noche, aterrorizando a sus víctimas para conseguir que pagaran un rescate o se convirtieran en reales víctimas de un secuestro al momento de efectuar el pago. Me di cuenta que no alcanzaba con hacer la denuncia y que escribir al respecto sería una buena manera de que otras personas estuvieran al tanto del regreso de este tipo de robo, así como también del cambio de metodología donde el supuesto damnificado es el que realiza el llamado.
Por esta razón, lo importante al momento de recibir un llamado extorsivo como este, es:
1. No dar ninguna información: el delincuente no sabe nada más que el teléfono y la dirección de la víctima. Si uno identifica a la madre por su nombre le está diciendo cómo se llama la "secuestrada". Y si habla de sus hermanos, nietos, hijos, le está brindando información que podría ser utilizada para sostener el engaño.
2. Tener en cuenta que una urgencia se suele comunicar al celular: los delincuentes utilizan el número que figura en la guía y por eso llaman al fijo.
3. Cortar la comunicación inmediatamente: si se identifican como oficiales de policía, personal de un hospital o si tiene el preaviso de ser un llamado desde una penitenciaría.
En el caso de que la persona sea la supuesta víctima pregúntele el nombre; ante una pregunta que no sepa responder cortará o intentará reforzar el pánico para no tener que responderla. Insista con la pregunta o corte el llamado.
4. Contactar al supuesto secuestrado: apenas corte la llamada. Si no se anima a cortar intente llamar a la presunta víctima por su celular o, si está acompañado, pida ayuda a la otra persona para que lo haga. El delincuente intentará disuadirlo de esto con fuertes amenazas, por lo tanto intente que no sepa lo que está haciendo; si no lo logra, corte y realice el llamado. Si el secuestro es real volverán a comunicarse; los delincuentes quieren cobrar y para eso lo necesitan a usted y a la víctima.
5. Hacer la denuncia: para que se sepa que esta modalidad está activa y debe regularse una forma de detenerla.