Los dos candidatos opositores al Justicialismo con más intención de voto para llegar a la Presidencia de la Nación, Mauricio Macri y Sergio Massa, se asemejan en el sentido de que sus proyectos para la Argentina parecen haber sido dictados por Washington.
Detrás de ambos, también los grandes grupos económicos opositores al kirchnerismo, escriben sus libretos. Los apuntalan para que achiquen el Estado y encaren un fuerte ajuste, que directamente y de inmediato llevará a la pérdida de trabajo.
Si bien ningún candidato contrario al justicialismo habla de flexibilización laboral, su propósito es romper con la política de trabajo y destruir las paritarias.
En simultaneidad con el recorte del gasto estatal, reducirán las retenciones al campo (maíz, trigo y soja).
Además, pondrán en práctica una ominosa baja de la carga impositiva para las empresas de mayor envergadura, tal cual lo pide la Unión Industrial Argentina (UIA) y el grupo monopólico de medios de comunicación Clarín.
En definitiva, el ideario consiste en disminuir los ingresos del Estado haciendo hincapié en la rebaja de retenciones y descarga impositiva para las empresas. Programan recortes en los programas sociales y subsidios y el aumento de tarifas de todos los servicios públicos.
Un dato significativo es que el sindicalismo partidario de Macri, le ha dicho que quiere la privatización de las líneas ferroviarias.
En contra del fortalecimiento del mercado interno que se logró en los últimos diez años, se volverá a los mercados de capitales. Esto es el regreso a contraer deuda externa en detrimento de la soberanía del país y de la población de menores recursos.
La oligarquía argentina apunta a aumentar los índices de desempleo y pobreza, con negativas consecuencias en cobertura de salud, una educación pública en derrumbe, la dificultad de acceso a la alimentación y compras de artefactos en general con libertad de precios impuestos a su antojo,
Su libreto obliga a poner fin a los programas de crédito estatales para vivienda, sin ninguna imposición a los bancos para que otorguen préstamos a los carecientes de hogar propio.
En continuidad con la línea de someter a la pobreza a la mayoría de los argentinos, es importante alertar que ni diputados ni senadores de los dos candidatos se integraron nunca a la comisión bicameral parlamentaria que investigó el origen de la deuda externa adquirida por la dictadura militar.
Se negaron a tratar las renegociaciones que iniciaron los ex presidentes Ricardo Alfonsín y Néstor Kirchner, retomadas por la actual Jefa de Estado.
Los radicales que hoy reparten sus preferencias entre ambos postulantes a conducir los destinos del país. son hijos dilectos del ex presidente Fernando de la Rúa, quien a través de su ministro de Economía, José Luis Machinea, adjudicó al Estado la responsabilidad del total de la deuda privada.
Machinea, escoltado por la hoy macrista Patricia Bullrich, bajó por entonces las jubilaciones y los sueldos estatales, a la vez que diseñó el impuesto a las ganancias.
En este último aspecto, ningún proyecto justicialista pudo prosperar jamás en el Congreso para terminar con la tabla impositiva que perjudica a los trabajadores.