Frente a la debilidad del Pro en la Provincia de Buenos Aires, distrito de mayor población del país, Mauricio Macri había planeado en privado que para ganar las presidenciales, deberían ser reelectos en la Capital Federal, y conseguir triunfos en las provincias de Cordoba, Santa Fe y Mendoza.

Los cuatro distritos en los que el macrismo deseaba imponerse, cuentan con un poco mas del 30 por ciento del electorado, según cifras del último censo nacional. La provincia de Buenos Aires, por sí sola tiene el 37,5 por ciento de los votantes, pero es un sector reacio al macrismo.

La Gobernación bonaerense está en manos de distintas variantes de peronismo desde 1987, fue el foco de poder de Juan Domingo Perón, y actualmente lo es para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Pero nada le sonrió a Macri, las elecciones en Santa Fe y Cordoba fueron para los oficialismos provinciales. En la primera, se impuso el socialista Miguel Lifschitz, en Cordoba, lo hizo el delfín de José Manuel De La Sota, Juan Schiaretti.

En Mendoza, si bien el Pro se adjudica una victoria, la formula que se impuso fue conformada por Alfredo Cornejo y Laura Montero, ambos de la Unión Cívica Radical (UCR). Aunque Macri haya apoyado a Cornejo, nada le asegura cosechar todos los votos de él, muchos radicales desencantados con la conducción de Ernesto Sanz, podrían buscar otra opción, por ejemplo la progresista Margarita Stolbizer, de origen en la UCR.

Teniendo en cuenta que Cornejo, también es apoyado por Sergio Massa, es posible que los votos se dividan entre varios candidatos. La victoria en Mendoza fue de 7 puntos encima del Frente Para la Victoria (FPV), si los votos se fraccionaran, el kirchnerismo podría conseguir la mayor cantidad de votos en las presidenciales.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), único lugar donde el Pro gobierna, el resultado tampoco les sonrió.

Horacio Rodríguez Larreta solo pudo sacarle 3 puntos de diferencia a Martín Lousteau en el ballotage. Lousteau fue el candidato apoyado por Elisa Carrio y Ernesto Sanz, aliados de Macri, su postulación había sido una gran idea para Macri, ya que se establecía como segunda fuerza en CABA, un partido casi idéntico al Pro. Pero les fue contraproducente, la segunda vuelta con el economista hizo que el macrismo muestre debilidad en la única elección donde había algo para festejar.

Además, la campaña de críticas de Lousteau no le fue gratuita a Macri. Al exponer los altos números de propaganda oficial porteña, el macrismo quedó en offside al hacer ese mismo cuestionamiento al FPV. Ni hablar en la corrupción que el Pro y sus aliados dicen combatir, Macri muestra dos procesamiento en causas judiciales, por su parte Larreta exhibe varias acusaciones en su contra.

En cuanto a la "división de la sociedad" que adjudican al kirchnerismo, la ciudad no exhibe un escenario distinto. Larreta sumó muy pocos votos en el ballotage, es decir: casi ningún votante no macrista eligió votar por el Pro en segunda vuelta.

Las derrotas en Santa Fé y Cordoba, y la resignación a apoyar candidatos de otro partido en Mendoza, fueron inclusive menos adversas que el resultado en CABA.

Aunque Larreta haya triunfado, la campaña dejó a la vista sus contradicciones y su vacío discursivo, además de mostrar su debilidad en donde creían ser fuertes. Así, su única victoria es la peor de sus derrotas.