Mientras la principal central gremial argentina, la Confederación General del Trabajo, (CGT), hacían la primera huelga general contra la gestión del Frente Cambiemos, el presidente Mauricio Macri se encontraba en un foro internacional de empresarios, en Puerto Madero, mostrando la Grieta que existe y que se pronuncia cada día más entre el la clase trabajadora cada vez más castigada por el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo del salario y el Gobierno Nacional cada vez más convencido que va por la senda correcta.
Por una parte los sindicatos informaban en los principales canales de noticias que el paro fue un éxito, con acatamientos superiores al 90 %, Macri en un lugar donde se siente muy cómodo, en el denominado “Mini Davos”, hablaba antes empresarios y hombres de negocios de todo el mundo, decía “qué bueno que estamos acá trabajando”, mientras los gremialistas afirmaban que querían que la política económica cambiara, que el gobierno llame al diálogo y volver a conversar sobre desempleo, despidos y gasto público.
Se dice mucho en nuestro país que, que el peronismo, "gobierna o no permite gobernar", relacionado luego a los grandes sindicatos y su influencia. En ese sentido el presidente Macri, que peronista no es, bajo esa lógica puede estar contento porque por 16 meses, la CGT, no llamó a huelga, fue en cierto sentido, bastante condescendiente, dejando todos estos meses que las protestas, paro de actividades, y corte de calle, las hicieran los grupos sociales, gremios de izquierda y a la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA).
La Argentina que hizo huelga
Si no fuera por algunos piquetes y cortes en determinados lugares, el jueves pareció un día feriado, colegios, transporte publico, los bancos, los comercios no trabajaron.
Comentarios como, "el paro corresponde", "el presidente es un mafioso, que el dinero que posee lo tiene afuera, no paga impuestos", "no está bien que la gente no tenga trabajo", fueron comunes.
No estuvo ausente el Estado Nacional en la huelga, ya que que las fuerzas de seguridad, la Gendarmería, actuó con violencia para dispersar un corte en la ruta Panamericana, con gases lacrimógenos, palos, donde se vio por la televisión como rompían los vidrios de un auto y golpeaban mujeres, en la Ciudad de Buenos Aires también hubo enfrentamientos pero fue menor.
Es inevitable que cuando el transporte público acata la huelga, el país se pare, más allá que algunos taxis trabajaron. Algunos taxistas expresaron que “todos tienen el derecho a trabajar y que cada uno debe decidir si quiere hacer paro o no ya que vivimos en democracia”, y otro dijo no salió a trabajar "por miedo a que le quemen el auto”, seguramente teniendo en cuenta el exabrupto del sindicalista de los taxis, Omar Viviani que amenazó con ello si salían a trabajar.
El país que no hizo huelga
Algunos si fueron a trabajar, en sus propios coches, en bicicleta, en coches de amigos, en la capital argentina, había estacionamientos sin costo y peajes gratis, la etiqueta que se viralizó, fue "YoNoParo", que no podemos decir que era en apoyo al presidente, quizás si una queja a tantos cortes de calle y protestas de los últimos tiempos, pero, en general, la gente se quedó en sus casas. Frases como “esto no se soluciona con paros”, “el país necesita funcionar” y también “los gremialistas están alterados porque no son el partido que gobierna”, fueron bastante comunes.
Macri sabe que tiene que ganar las elecciones de octubre, donde se renovarán las bancas del Congreso, para que los cambios que propone puedan tener el apoyo legislativo necesario: bajar impuestos o achicar el déficit fiscal, crear fuentes de trabajo, mejorar la competitividad, etc.
Tiene a favor que la oposición esta fragmentada, dividida y que la principal oponente, la presidenta con mandato cumplido, Cristina Fernandéz de Kirchner, está afrontando denuncias por corrupción.
Pero le está jugando en contra, sus propios casos de corrupción, tales como la "condonación de la deuda de su familiar Franco Macri, en el caso del Correo Argentino, las empresas offshores donde se muestran que le pertenecían, el llamado "PanamaPapers", las denuncias por el aumento de tarifas de los servicios públicos, en donde se los está acusando de beneficiar a sus empresarios amigos. Sumado todo esto a la inflación, desempleo y baja del consumo que se ha pronunciado hasta entonces.
Cerrar la grieta, unir a los argentinos, promesas de campaña del actual presidente, queda todavía en stand by. Y está huelga acompañada de las declaraciones de los principales referentes de la gestión macrista, muestran que falta mucho para ello.