La meditación se ha convertido en las últimas décadas en una práctica que gana cada vez más adeptos. Es que sus beneficios a nivel físico, mental y espiritual son numerosos. A nivel biológico, fortalece el sistema inmunitario, previniendo enfermedades infecto-contagiosas; reduce la presión arterial en personas hipertensas y con afecciones cardíacas. Del mismo modo, reduce el azúcar en sangre en los diabéticos.
Con respecto al plano mental, reduce el estrés y la ansiedad, da una sensación de calma y alegría al tiempo que disminuyen los disgustos, los sentimientos y pensamientos negativos. Ayuda también a combatir el insomnio, las fobias y otros trastornos psíquicos.
Los beneficios de la meditación han despertado el interés de la comunidad científica, en los que varios estudios han demostrado que esta práctica es capaz de disminuir la emisión de ondas cerebrales cuya frecuencia da cuenta de un estado de estrés y ansiedad, y aumentar aquellas asociadas a estados de relajación.
Asimismo, meditar con regularidad ayuda al mejor manejo de las emociones, fomenta los pensamientos positivos y ofrece una sensación de estabilidad.
Todo esto coadyuva a mejorar la calidad de vida de los practicantes.
La meditación constituye una práctica ancestral y ha estado presente y acompañando a millones de personas a lo largo de la historia de la humanidad. En la India, los vedas, ya lo practicaban 1.500 años A.C. Luego también fue implantado en las prácticas religiosas del hinduismo y el budismo, y presente del mismo modo en prácticas chamánicas de América.
Hoy en día existen varias técnicas de meditación, pero lo importante es que uno puede adaptarlas a su vida diaria. Si bien hay institutos y maestros diversos que enseñan diferentes técnicas, resulta vital saber que se puede meditar 15 o 20 minutos diarios en la tranquilidad de nuestro hogar, ayudándonos con música, mantras, o simplemente observando y sintiendo la entrada y salida del aire por nuestra nariz.
Meditar es eso: respirar y fijar la vista hacia adentro, en donde se encuentra nuestro verdadero ser.