La apicultura tradicional ha mostrado que un fantástico negocio derivado de la abeja, es la producción de miel; sin embargo, este insecto proporciona muchos productos más, puesto que hasta su veneno es útil.

La miel es el alimento más dulce que se encuentra en la naturaleza; se origina a partir del néctar de las flores que extraen las abejas y que llevan a las celdas de las colmenas donde, a través de un proceso de ventilación, se le quita la humedad y mediante el mecanismo de trofalaxia entre las abejas, es decir, la alimentación boca a boca, se obtiene la miel madura.

Esta se compone de fructosa, glucosa, sacarosa, maltosa, proteínas y aminoácidos, alto contenido en vitaminas A, B y C, minerales y agua. Es recomendable especialmente para los niños en etapa de crecimiento, personas anémicas o sometidas a esfuerzos mentales.

El polen es otro de los productos fácilmente comercializables por sus beneficios para la Salud. Este polvo de diverso grosor es utilizado por las abejas para alimentar a sus larvas por sus elementos nutricionales: vitaminas A, C, E y B, magnesio, calcio y sustancias bioactivas, entre otros. Los pequeños granos de polen se encuentran en los gametos masculinos de las plantas con semillas y se adhieren a las patas traseras de la abeja, trasladándolo así, hasta la colmena.

Una malla especial colocada sobre la misma, permite recolectarlo cuando el insecto ingresa, obteniéndose entre 200 y 300 gramos por día, por colmena.

Este producto un suplemento muy completo que proporciona un bienestar orgánico general al poseer variadas propiedades medicinales: es energizante, reduce la fatiga, estimula el sistema inmunitario y ayuda a controlar la tensión arterial.

La jalea real es una sustancia viscosa de color amarillo que segregan las glándulas hipofaríngeas ubicadas en la cabeza de las abejas obreras jóvenes y se mezcla con secreciones estomacales; sirve para alimentar solamente a la abeja reina y las larvas que darán origen a una de ellas. Es un activo estimulante del sistema nervioso optimizando la oxigenación del cerebro; mejora la hidratación de la piel y retarda su envejecimiento; aumenta la vitalidad y regula la presión sanguínea.

Para su extracción se coloca una trampa de vidrio o plástico para que contenga la jalea, entre la celda y una bomba de succión, acumulándose unos 400 a 500 miligramos por celda.

El propóleo es una mezcla resinosa que las abejas obtienen de la yema de los árboles y que usan para sellar las pequeñas perforaciones de la colmena. Cada una de ellas llega a producir entre 250 y 300 gramos por año. Contiene un importante número de elementos entre aceites esenciales, resinas y bálsamos; y se destaca por ser antiinflamatorio, antioxidante, cicatrizante, bactericida y antimicótico.

La apitoxina es un veneno que producen las abejas obreras en su abdomen y lo inyectan por el aguijón. Contiene tres sustancias cuyos efectos son inflamatorios, convulsivos y paralizadores; también fósforo, calcio, magnesio y proteínas, siendo muy efectivo para combatir la artritis, osteoartritis, lumbago, eczemas y problemas cutáneos, entre otros.

Además de todos estos productos que se obtienen de la abeja, existen otros que genera el hombre para su comercialización, tales como núcleos, celdas, cría de reinas, polinización comercial, etc. Demostrando así, que el estudio del desarrollo de cualquiera de estos emprendimientos, proveerá de un importante negocio, amén de sus excelentes resultados para la salud de los seres humanos.