El Reiki es energía que se trasmite de una persona a otra. Constituye un método de curación y sanación natural por imposición de manos que canaliza la energía universal. La persona formada en esta técnica coloca las manos en los centros energéticos o chakras en una sesión que dura aproximadamente 40 minutos. Por lo general, el que recibe la energía se encuentra acostado en forma horizontal mientras el otorgante va colocando las manos en las distintas articulaciones.
El Ki es la energía vital individual que ronda nuestros cuerpos; en tanto, el Rei implica la parte espiritual, la esencia energética cósmica universal. El Ki está presente en todos: en personas, en animales, plantas, objetos, ambientes. Todos somos energía; estamos compuestos por la misma energía vital activa que da forma al universo en el que vivimos.
El Reiki fue descubierto en 1922 por el maestro japonés Mikao Usui y rápidamente se convirtió en una práctica espiritual que se trasmitió por todo el globo. Los cuatros principios del Reiki son:
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Sólo por hoy no te preocupes
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Sólo por hoy no te enfades
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Honra a tus padres, maestros y mayores
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Gana tu sustento honradamente
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Muestra gratitud por todo lo que te rodea
El Reiki constituye una energía inofensiva y segura, que no posee contraindicaciones ni efectos secundarios para quien la recibe y no interfiere en otros tipos de tratamientos.
Los beneficios son numerosos, ya que actúa tanto a nivel físico, como mental y espiritual. Ayuda en los procesos de sanación ya que la canalización implica la aplicación de la energía-luz que permite preservar y/o recuperar la Salud integral de quienes lo reciben.
El Reiki se puede aplicar de persona a persona, pero también a distancia, en animales y plantas y en ambientes. La energía recibida nos permite conectarnos con nuestro Ser mas profundo, con el amor incondicional que somos y así poder visualizar el camino que nos lleve a la perfección y la ascensión de nuestro ser. Nos invita a ver en el interior de cada uno donde se encuentran todas las herramientas que nos permiten evolucionar y crecer espiritualmente.