Doctor Extraño es uno de los personajes más fascinantes a la par que excéntricos de toda la colección de la editorial Marvel Comics, ahora en manos de la Walt Disney Company. En un mundo en el que los superpoderes se adquieren por accidentes (como los Cuatro Fantásticos o Spiderman) o sus portadores vienen con ellos de fábrica (la mayor parte si no todos los integrantes de los X-Men), la magia es una rareza conceptual. Estamos acostumbrados en el mundo de Marvel a que la magia tal como la entendemos en el mundo real sea una estratagema de algunos para aprovecharse de los incautos, una falsedad.
La magia nos retrotrae a un tipo de mundo que no parece encajar con el estilo de estos personajes, en parte porque la magia tiene unas connotaciones que dan a entender una capacidad excesiva contra los supervillanos que en muchos casos quedarían inutilizados o contra los héroes que se verían imposibilitados de luchar. Todo en este mundo tiene una explicación y esta suele ser científica, aunque un poco de ciencia ficción.
Doctor Extraño, por tanto, no puede ser un mago al uso. Él estudia las artes místicas y de ahí obtiene sus poderes. Sus viajes a lugares oscuros y misteriosos, que parecen sacados de los comics de espada y brujería de los años sesenta, ayudan a que estos poderes puedan ser explicados y por tanto limitados.
Recuerda un poco al personaje de Liam Neeson en la trilogía de Batman que hace poco dirigió Christopher Nolan, sus poderes son inmensos pero ni mucho menos sus capacidades son infinitas.
Este es el papel para el que se está barajando el rostro del alumno más célebre de Howards. De nuevo un mago para el joven Daniel Radcliffe, aunque en esta ocasión al menos sin varita.
Es una gran oportunidad para este actor, que puede entrar en el Universo Marvel con uno de los personajes que más van a llamar la atención del público y en uno de los universos que más posibilidades tiene de llegar a convertirse en una franquicia de larguísimo recorrido, tal vez solo superada por lo que quiera hacer Disney con Star Wars.