El 5 de marzo de 1988, el país recibía una noticia muy triste: Alberto Olmedo, aquel que había arrancado miles de sonrisas en millones de argentinos gracias a las ocurrencias de sus personajes, había fallecido en la ciudad de Mar del Plata.
El Negro Olmedo, como era conocido, cayó desde el balcón de su departamento del piso 11 del edificio Maral 39 en la ciudad balnearia. Tenía 54 años, y dos días antes se había estrenado la que sería su última película.
Alberto Orlando Olmedo nació en la ciudad santafesina de Rosario, el 24 de agosto de 1933, vivió toda su infancia y adolescencia junto a su madre, y de a poco fue integrando diferentes agrupaciones teatrales hasta dedicarse profesionalmente a la actuación presentándose en varios espectáculos.
Sin embargo, en 1954 decidió irse a Buenos Aires a probar suerte. En 1955 ingresó a trabajar al Canal 7 como operador, y al poco tiempo ya participaba en algunos programas como actor. En 1957, hizo un ciclo infantil los sábados al mediodía pero aún sin abandonar la tarea de técnico. El ciclo duró tres años. En 1960 llegó su primer gran éxito, El Capitán Piluso.
La película, Los caballeros de la cama redonda, se estrenó en 1973, y también hizo teatro de revistas con Jorge Porcel. En 1980, junto a Susana Giménez, realiza el ciclo Alberto y Susana, y la película A los cirujanos se les va la mano (la primera junto a la actriz, Jorge Porcel y Moria Casán).
Un año más tarde, comienza su programa más exitoso en la Televisión: No toca botón. En dicho ciclo aparecieron personajes que quedaron para siempre en el imaginario colectivo de los argentinos como Chiquito Reyes, El Dictador de Costa Pobre, y El Pitufo.
El Manosanta, Alvarez y Borges, y El Mayordomo Perkins aparecerían en 1986. En el verano de 1988, Olmedo estaba en Mar del Plata para hacer teatro, más precisamente la obra Eramos tan pobres. Su última película Atracción Peculiar fue estrenada el 3 marzo. El humorista no llegó a verla debido a su trágica y repentina muerte que sucedió tan solo dos días después, el 5 del mismo mes.
Trabajó en cine, teatro y televisión junto a los artistas más importantes del país en aquella época como Jorge Porcel (con quien formó una dupla inolvidable), Tato Bores, Javier Portales, y con figuras de la talla de Susana Giménez, Moria Casán o Graciela Alfano.
Sus películas, de humor picaresco y dirigidas a un público adulto, son exhibidas hasta estos días, al igual que sus recordados programas televisivos y scketchs, en los que nos regaló la magia y la gracia de personajes como Rogelio Roldán y El Psicoanalista, entre muchos otros. También nos dejó frases imborrables que aún hoy se escuchan en la calle como por ejemplo ¡adianchi, adianchi!, ¡éramos tan pobres!, ¿me trajiste a la nena?, ¡poniendo estaba la gansa!, y ¡no toca botón!