Todo comenzó allá por abril, cuando en el primer capítulo de 'Esperanza Mía', que también posee un éxito absoluto en el teatro, se veía que el personaje de Lali Espósito huía tras la muerte de su madre y preocupada por el peligro que la acechaba, debido a los turbios personajes que acosaban al abogado que investigaba el origen de la enfermedad que derivó en el triste fallecimiento de su mamá adoptiva.
En su desesperado escape, se tomó un micro a Buenos Aires, y a su lado viajaba un joven atractivo con su guitarra. Al presentarse, dijo su nombre, Tomás, y ella respondió tímida: Julia-na.
Pero la mayor sorpresa fue cuando al descender de ese micro, ella observó que Tomás era cura. E incluso bromeó con que su atuendo la remitía a una fiesta de disfraces ya que le costaba creer que ese muchacho amable, cálido y tan lindo fuera un devoto de Dios.
Pero ese encuentro fortuito fue el puntapié de una serie de enredos, complicaciones y de un amor tan fuerte que resulta doloroso para ambos. En paralelo, Julia llega al Convento Santa Rosa para acudir a la Madre Superiora del Instituto (interpretada por Ana María Picchio), amiga de su madre del corazón y la única persona a la que conocía en la ciudad, para que la ayude a esconderse de los villanos que la persiguen.
Es así que Julia pasó a convertirse en Esperanza, una falsa novicia con un perfil completamente opuesto al de las otras hermanas del convento, que suele meterse en problemas, pero que al mismo tiempo le brinda una cuota de frescura, alegría, musicalidad y diversión a la entidad donde busca cobijo.
En el medio de su participación en el coro, de sus tareas en el convento, de ayuda y contención emocional al resto de las hermanas y novicias, y de estar junto a su madre biológica (Gabriela Toscano), sin saberlo todavía, Esperanza vivió cientos de experiencias que la acercaron al Padre Tomás. Y como resultado de esas vivencias compartidas, además de la personalidad encantadora y humanitaria del Padre, inevitablemente surgió el amor.
Ese amor parecía ser no correspondido y doloroso para Esperanza, hasta que en los últimos episodios el Padre Tomás comenzó a flaquear en su vocación y a admitirse a sí mismo que su atracción y cariño por Esperanza, como él sigue llamando a Julia incluso después que ella dejara sus hábitos, es inevitable e irresistible.
A pesar de los desencuentros, de los pedidos de respeto y de alejamiento para no confundirse más y de intentar reprimir sus deseos, Tomás siente celos de su hermano Máximo y de cualquier hombre que se acerque a Esperanza. Ese amor, que finalmente él admite frente a la joven, arrolladora en sus sentimientos, se sellará con el esperado beso por todos los televidentes, que llegará a la pantalla de Canal 13 el lunes 27 de julio a partir de las 21. Las fanáticas que no pudieron verlo en el teatro esperan con ansias ese momento. Y lo que sucederá después de ese anhelado beso, tanto por los protagonistas como por el público, cambiará la vida de ambos personajes.