Ángela entró pisando muy fuerte en la casa pero parece que todo ello ya pasó y ahora se derrumbó. La convivencia está siendo muy agotadora para la residente de la Villa 31 y fue al confesionario para contarle a Gran Hermano lo que le estaba pasando.
Aunque los seguidores nos imaginábamos que se encontraba mal por el encierro y por las continuas peleas que hay entre los concursantes, pues nada más lejos de la realidad.
Ángela está agobiada por el tema de la comida. La concursante es vegetariana y hasta el momento los "hermanitos" no se han preocupado por ello; todo lo contrario.
Angie contó que se siente muy mal por tener que cambiar algo que para ella es primordial, como son sus hábito alimenticios. A la vez se siente culpable porque ha comido carne y eso va en contra de sus principios. La paraguaya confesó que sabía que entrar a la casa iba a ser difícil pero no se imaginó que lo sería en este sentido.
No quiere pedirle a los chicos que cocinen otra cosa por ella y por eso prefiere irse a dormir antes de comer.
Lo mejor de toda la situación es que hay otra compañera que es vegetariana y hasta el momento no ha comentado que haya tenido tantos problemas, pero en este caso ha decidido brindarle un poco de apoyo a la nueva. Así es como Maipi decidió que pediría la parte que les corresponde a ambas para comprar verduras que sólo serían para ellas.
Pero quien no parece estar nada de acuerdo es Nicolás, que estaba cuando ellas hablaban del tema y afirmó que se tendría que comentar con todos, pero eso es algo que se tenía que haber imaginado, y que por su parte no lo veía bien. En la casa, como ya sabemos, los conflictos con la comida son muy recurrentes, tanto en esta edición como en las anteriores, y si ahora hay que sumar las preferencias a la hora de comer, ya se lo ve insostenible.