Si bien el tópico zombies hizo su aparición en la pantalla grande en los años 30 con “La legión de los hombres sin alma” (Victor Halperin, 1932), fue un género que siempre estuvo asociado al cine Clase B, la industria que se caracteriza por la realización de películas de bajo presupuesto. A esa corriente pertenece un clásico inolvidable como “La noche de los muertos vivos”, que en 1968 George Romero realizó con un irrisorio presupuesto de 114 mil dólares y con un reparto conformado por actores amateurs e, incluso, amigos y familiares del propio director.

En 2002, los zombies volvieron a los primeros planos de la mano de Danny Boyle con la extremadamente violenta “28 Days Later”, que presentaba una versión bastante diferente de los muertos vivientes: más rápidos y fuertes que sus antecesores. Tras el éxito que supuso este regreso no tardaron en aparecer otras propuestas, desde la adaptación del popular videojuego “Resident Evil” (Paul W. S. Anderson, 2002) hasta la remake de otro clásico de Romero, “El amanecer de los muertos” (Zack Snyder, 2004).

Pese al éxito de las producciones ligadas a esta especie, cuando el canal AMC anunció el lanzamiento de “The walking dead” hubo bastantes discrepancias porque la temática no terminaba de convencer. Sin embargo la serie no sólo rompió todos los record de audiencia en Estados Unidos (el primer capítulo fue visto por más de 5 millones de espectadores mientras que el último episodio de la quinta temporada alcanzó a 16 millones), sino que también puso en jaque varios tópicos prohibidos para el universo televisivo.

Desde el primer momento la serie rompió con lo establecido hasta ese momento. En el comienzo, Rick Grimes (con su impecable uniforme de Sheriff) no dudó en pegarle un tiro en la frente a una pequeña zombie en pijama, pantuflas de conejo y con un osito de peluche en la mano. Pero la escena más fuerte transcurrió en la cuarta temporada.

Será difícil olvidar la frase de Carol Peletier: “Sólo mira las flores Lizzie”. Y más aún superar el desenlace de la misma, la ejecución de la niña con rasgos psicopatoides.

En estas cinco temporadas de TWD las incorrecciones han sido moneda corriente: canibalismo, asesinatos a sangre fría, traiciones, amputaciones varias, matricidio, niños asesinos y niños asesinados.

Todo esto podría justificarse como un efecto del Apocalipsis Zombie, pero son esas situaciones las que han cimentado el éxito rotundo de la serie. Esa expectativa que genera cada capítulo ante la incertidumbre de no saber qué va a suceder, algo similar a lo que ocurre con “Game of Thrones”. Otro de los rasgos destacados de la serie se encuentra en la lucha interna de los personajes que, siempre al límite, deben decidir con convicción y lidiar con las consecuencias, o morir en el intento.

Luego de la llegada a la Zona Segura de Alexandría y de que la convivencia se tornara bastante tensa, la sexta temporada que se estrena hoy (se podrá ver en simultáneo a la emisión en Estados Unidos, a las 22:30, por la señal premium Fox1) les depara a Rick y compañía un destino incierto.

El creador del comic y de la serie, Robert Kirkman, adelantó que esta “va a ser la temporada más intensa hasta la fecha”, y que los zombies serán aún más “terroríficos”. ¿Necesitas más razones para ver “The walking dead”?