Una diosa latina obtiene el título de Miss Mundo 2016. El domingo a la noche se llevó a cabo el famoso certamen en la capital de Estados Unidos, Washington. La vencedora se llama Stephanie Del Valle, es oriunda de Puerto Rico, 19 años, domina el español, el inglés y el francés. La joven estudia Comunicación en la Universidad de Nueva York, mide 1,75 y no tenía experiencia en concursos de belleza. Del Valle impresionó al jurado internacional con su elegancia, desenfado y personalidad.

El segundo y el tercer lugar de la competencia fue ocupado por Miss República Dominicana y Miss Indonesia respectivamente.

Puerto Rico no ganaba el título de Miss Mundo desde 1975 y creen que esta vez sí lo lograron porque el país envió una joven muy preparada. Del Valle es bella, vivaz,culta y políglota. Sus virtudes fueron premiadas con la máxima distinción, convirtiéndose en una inspiración para las adolescentes de América Latina.

La representante de nuestro país, la cordobesa Camila Macias vivió un certamen para el olvido, ya que no se destacó durante el concurso. Cabe recordar que la Miss Argentina 'original', la jujeña Elena Roca fue descalificada por la organización debido ya que no cumplía con sus obligaciones. Por eso, se decidió que Macías tomara su lugar, siendo la nueva reina de Belleza. Tal vez toda esa desprolijidad no gustó durante el certamen internacional y nuestra representante quedó relegada.

Argentina es un país que no le da importancia a los concursos de belleza, diferenciándose de otras naciones de la región como Colombia, Venezuela y México, donde le dan una importancia suprema. En esos países, las 'misses' tienen un futuro asegurado en la actuación, la moda y los medios de comunicación. Las jóvenes se preparan durante años para triunfar en los certámenes, tanto nacionales como internacionales, para finalmente lograr el reconocimiento buscado.

En la actualidad las competencias de belleza reciben muchas críticas, señalando que son sexistas porque sólo tienen en cuenta la apariencia física de las mujeres, poniéndola en un lugar de objeto.