Desde el 2018 la escuela Secundaria porteña cambiará radicalmente. Los puntos más llamativos de esta reforma será la ausencia de notas numéricas, la eliminación de la repitencia de un año lectivo y la incorporación al mundo laboral. Los cambios afectarán primero a 17 escuelas secundarias y se terminará de implementar a todos los colegios en el año 2021. Los alumnos que inicien la Educación secundaria serán los protagonistas del cambio, los demás cursos seguirán con el régimen anterior. Los contenidos del aprendizaje serán los mismos de siempre, pero cambiarán las formas.

Controversia

Lo que más llamó la atención de esta reforma es la incorporación laboral obligatoria en 5to Año, la cual muchos sospechan como 'mano de obra barata' para las empresas. Otros, en cambio, ven bien que los adolescentes trabajen. Las pasantías no serán sólo en firmas privadas, sino que también podrán trabajar en organismos estatales. Las áreas de estudio serán cuatro: tecnología, comunicación, humanidades y otras orientaciones. Ya no habrá materias separadas, sino que se enseñará agrupadamente. Se pondrá el foco en la transición del colegio primario al secundario, para acompañar a los jóvenes.

Grandes sorpresas

La nueva escuela secundaria eliminará la repitencia, en su lugar los estudiantes recuperarán los contenidos no aprendidos en contraturno.

La puntuación numérica dejará de existir y se lo reemplazará con un sistema de créditos. Se cree que se saca la repitencia escolar porque esa es la razón número uno por la cual los jóvenes abandonan el colegio. Muchos piensan que sacarán la puntuación numérica porque es arbitraria y discriminatoria. Estas medidas buscan retener a los adolescentes en la escuela y que tengan deseos de seguir sus estudios en la universidad.

Desde el 2018, los jóvenes podrán adelantar materias del CBC o de una carrera terciaria que hayan elegido, con el fin de que los jóvenes se comprometan con la carrera elegida antes de terminar la educación secundaria. Muchos opinan que todas esas medidas distraen a los adolescentes de la meta principal: terminar el secundario.

Son varios los que vaticinan el desastre burocrático que estos cambios generarán en la educación. Desde el gobierno aseguran que esta transformación es necesaria y no importa si al principio no se la puede entender del todo, porque es lógico que tome tiempo antes de ser asimilada.