¿Te acordás de cuando nos maravillamos de que YouTube nos dejara subir y ver videos de más de 10 minutos? En ese momento, nadie imaginó que lo que hoy triunfa son los que no superan los tres.
Probablemente no sepas cuándo se produjo este cambio. Pero lo cierto es que en la nueva era digital, el protagonista es el usuario, y el auge de los teléfonos móviles le está dando un poder que nunca imaginó. Esto está cambiando radicalmente las reglas de producción y de consumo del contenido audiovisual.
La gran videoteca virtual que supo ser YouTube está dando lugar a nuevas formas y a nuevos formatos que le disputan su lugar central.
Vine e Instagram están pisando fuerte y, por su brevedad, están satisfaciendo a un usuario cada vez más móvil e impaciente.
Twitter fue el que rompió el hielo, comprando Vine en octubre de 2012 por 30 millones de dólares, y extendió su alcance el 24 de enero de 2013 para usuarios de iOS. Facebook no se quedó atrás, y tras haber adquirido Instagram, sumó a esta red social la posibilidad de subir videos de hasta 15 segundos, además de permitir el agregado de filtros al igual que en las imágenes.
Para un usuario que puede abrir todas las ventanas que desee, ofrecerle un video de alta calidad ya no es suficiente, sino que ahora también exige que no le lleve mucho tiempo, porque quiere dedicarlo a ver muchos otros contenidos.
¿Estamos experimentando un flashback a los cortos de pocos segundos que marcaron los inicios del cine hace más de un siglo? Aunque no pueda afirmarse tan analogía, lo que sí es cierto es que las tecnologías están cada día al alcance de más personas, y que la corta duración de los videos es una consecuencia de nuevos hábitos y ritmos de vida que privilegian poder hacer más cosas en menos tiempo.
Otro ejemplo de esto es la explosión de consumo de las series. ¿Quién miraría hoy una película con intervalo? La producción y el consumo de series se ha disparado y parece demostrar que hoy existe un nuevo espectador que prefiere regular sus tiempos y decidir si invertirá media hora en un capítulo o si dedicará dos horas para ver tres o cuatro.
Hoy, la duración es clave cuando se decide si ver o no un contenido, y la tendencia para los videos es clara: cuanto más cortos, mejor.