Cuando se piensa en Dubai, lo primero que uno suele imaginarse es la inmensidad del desierto, los camellos y los lugareños vestidos con 'abayas' blancas (para los hombres) y negras (para las mujeres mujeres). Sin embargo, lo primero que se ve al llegar es el aeropuerto más grande del mundo y edificios colosales de todo color y forma. Para experimentar el Dubai típico se debe hacer un 'tour' al desierto.

La excursión dura un día entero y comienza cuando una camioneta 4x4, con capacidad para 6 ó 7 personas recoge a los visitantes en el sitio acordado.

Camino al desierto se puede observar una pista de carrera para camellos y la imponente entrada al Palacio del Emir custodiada por coloridos pavos reales. Luego de varios minutos se llega al desierto. Allí se reúnen varias camionetas, desinflan un poco las gomas y comienza la aventura.

La primera actividad es un 'rally' de 4x4 en las dunas de arena. El paisaje es increíble. La vista se pierde en las arenas doradas que se embellecen aún más al caer la tarde. Después de recorrer varios kilómetros a toda velocidad subiendo y bajando por las dunas, se llega a un sitio repleto de palmeras donde se erigen un par de carpas o toldos en el que se puede disfrutar de un espectáculo de halcones y de una bebida bien fría.

Después del show de halcones, hay que recorrer un trecho más por las dunas y se llega al lugar de la cena. El lugar es bellísimo, consta de carpas típicas ubicadas alrededor de un patio de comidas. En la entrada hay camellos esperando a quienes quieren dar una vuelta. Sin duda, una experiencia única e inigualable. Después del paseo en camellos, un árabe vestido de punta en blanco con un halcón en el hombro recibe a la gente y los dirige hacia el sitio de comidas.

Los turistas son agasajados con café árabe y dátiles.

Los turistas escogen una de las mesas bajitas para cenar y se sientan en los almohadones dispuestos sobre el suelo alfombrado. Mientras se alistan para cenar, los comensales pueden realizarse un tatuaje de 'henna' en pocos minutos. Cada comensal puede servirse la cantidad que quiera de los exquisitos platos típicos.

El broche de oro de una noche increíble es el baile de las odaliscas, quienes invitan a los turistas a danzar con ellas. Después de la cena se puede disfrutar de postres típicos, café, o bien de la tradicional 'shisha' (pipa de agua) que aromatiza todo el lugar.

El maravilloso tour termina ya caída la noche cuando los turistas deben volver a la ciudad para continuar disfrutando de alguno de los bares o boliches.