Desde paisajes maravillosos hasta personas encantadoras, elnorte argentino es uno de los lugares más bonitos del país que vale la pena servisitado. Con variedades de biomas, como la puna, la cordillera, vallesfértiles, sierras y yungas, cada pueblo tiene su historia y su característico panorama.
Pero en esta nota hablaremos de la Provincia de Jujuy, poseedora de una belleza incomparable. Al norte se encuentra Humahuaca, caracterizada por sucallecitas empedradas y coloridas por las artesanías que sus habitantes salen avender desde sus casas. Una de las atracciones para los visitantes es la imagende San Francisco Solano que se asoma todos los mediodías desde su torre reloj de laIglesia a bendecir a los presentes.
Frente a la plaza principal también se hallael imponente Monumento a los Héroes de la Independencia y al Ejército del Norte,en homenaje a las 14 batallas que se combatieron durante la guerra de laIndependencia Nacional. Para llegar hasta aquí hay que subir 104 escalones, loscuales representan los mismos kilómetros que los mensajeros corrían hasta lacapital de Jujuy.
Si continuamos el camino por la Ruta Nacional N° 9 nosencontramos con la espléndida Tilcara, lugar nato de carnavales, dondedesterrar al diablo y alabar la Pachamama son vivos ejemplos de fiestas. En suplaza se pueden encontrar las clásicas ferias de artesanos y frente a ella, elMercado de Tilcara, especial para conseguir desde hierbas curadoras hasta lasfrutas y verduras típicas del pueblo.
Y uno de los mayores atractivos es Pucaráde Tilcara donde se reconstruyó la necrópolis en la cual los indígenas sedefendían de los posibles ataques y que data de 900 años.
Sin embargo, el cerro que se lleva todas las miradas deargentinos y extranjeros que visitan el norte es el de los Siete Colores, unapostal única que se ve desde las callecitas de Pumamarca.
También se puede ir aun mirador para observarlo desde otro ángulo y ver desde las alturas el puebloque se rinde a sus pies. Aquí también pueden comprar varios regalitos biennorteños, pero sobre todo no se olviden de probar las empanadas de carne, quesode cabra, tamales y la famosa chicha. Y una vez que estés acá no le temas a laaltura y los precipicios y visita las Salinas Grandes, no te vas a arrepentir.
Hay muchos más pueblitos de los cuales escribir aunqueseguramente los descubras en tu propio viaje por la Quebrada y que los nativos teirán guiando. Sin dudas es un sitio para recorrerlo de mil formas diferentes,en cualquier estación del año. Pero sobre todas las cosas es el lugar al quevas a querer volver.