En Francia, una multitud estimada en 12 mil personas se dio cita el último viernes para ser testigos de la botadura del crucero para pasajeros más grande del mundo, bautizado como "Harmony of the seas" (Armonía de los mares).

El acontecimiento tuvo lugar en los astilleros de Saint-Nazaire, cercanos a la localidad de Perpiñán en el oeste del país galo.

La empresa constructora del navío, la STX-France -que es filial de la STX Shipbuilding de Corea del Sur y una de las más importantes del mundo-, fabricante de la línea de cruceros "Oasis", afirmó que sólo falta un tercio para concluir con las tareas, especialmente las enfocadas a la instalación de las chimeneas y la alimentación eléctrica.

La compañía propietaria del "Harmony of the seas", la estadounidense Royal Caribbean International, encargó la construcción del buque en diciembre de 2012. En febrero de 2016 estará preparado para iniciar un período de pruebas que finalizará en mayo de dicho año, cuando el navío cubra el viaje inaugural entre la ciudad inglesa de Southampton y Barcelona.

Esta verdadera ciudad flotante tendrá 362 metros de eslora por 66 metros de manga. Permitirá transportar a 6360 pasajeros y 2100 tripulantes y estará dotada de dieciséis puentes con un total de 2747 camarotes para pasajeros y 1197 para la tripulación. Además contará con varios locales de venta, alrededor de treinta restaurantes y bares, cuatro piscinas, parque acuático, pista de patinaje y simuladores de surf.

Con el propósito de finalizar a tiempo el enorme crucero, trabajan a bordo un total de 2500 personas, quienes deberán hacerse cargo de 90 mil metros cuadrados de moqueta, 500 mil litros de pintura y 8 mil metros cuadrados de ventanales, necesarios para su acabado.

Según sus constructores, el nuevo navío podrá economizar más energía y demandará una inversión de unos 900 millones de euros.

En mayo de 2014 la firma estadounidense decidió asegurar el encargo de un segundo barco que también será construido en Saint-Nazaire, con la perspectiva de ser entregado en 2018.