Cangas del Narcea es un pueblecito que se encuentra en Asturias, España, y que se ha hecho famoso por ser uno de los mejores pueblos para las personas con celiaquía. ¿Y por qué?En realidad no es de extrañar si tenemos en cuenta que un 3% de la población que vive en Asturias son celíacos. Este hecho hace que haya peculiaridades que en otros pueblos del resto de España y del mundo no se puedan encontrar y que lo convierten en el pueblo idóneo para personas que tengan esta enfermedad.

Por su elevado porcentaje en personas que no pueden consumir gluten la mayoría de restaurantes y bares están adaptados a ello e incluyen entre sus recetas platos que no contienen gluten entre sus ingredientes.

Cualquier persona puede disfrutar de una buena cañita o un bocadillo excelente sin tener que preocuparse por su condición de celiaquía.

Hay que recordar que las personas celíacas tienen una dieta muy limitada si se limitan a la comida que hay habitualmente en las tiendas, supermercados o restaurantes. Por ejemplo, no pueden comer pan, ni pizza, ni dulces, ni pasta, ni bollería y deben evitar y vigilar mucho las salsas que compran o comen y las conservas. Sí es cierto que cada vez hay un mercado más amplio para este tipo de enfermedad y muchos supermercados incluyen una pequeña sección para comida que no contenga gluten. Aún así, es poco comparado con el la totalidad de productos, y menor aún si hablamos de lugares para ir a comer.

Por eso, en este pueblo en Asturias, donde hay un porcentaje de celíacos tan grande, se ha concentrado el comercio de este tipo de alimentos y servicio.

Además, otro inconveniente a parte de poder encontrar los productos es el elevadísimo precio que tienen. Por lo general, son productos caros y con poco sabor. Pero por suerte no siempre es así, y cada vez se apuesta más por lograr productos sin gluten de calidad, llenos de sabor y aun precio inferior.

Y Cangas del Narcea se encuentra entre los mejores pueblos para poder degustar este tipo de alimentos al mejor precio.

De hecho, ahora cuesta encontrar un local en el que se vendan o se sirvan alimentos en el que no haya productos sin gluten. Los hay de todas las marcas, precios y gustos. Incluso se puede encontrar toda clase de panes y bollería, cosa que hace unos años atrás era casi imposible.

Gracias a eso todos pueden disfrutar de excelentes comidas sin el temor de sufrir dolor de estómago, mareos, taquicardias, cansancio, cambios de humor o dolor de cabeza después de comer. Es uno de los pueblos con más celíacos del mundo y eso hace que todos estén lo suficientemente informados para evitar consecuencias desagradables a la hora de comer.

Hay que decir, que el número de personas celíacas va en aumento, lo que se presume que pueda deberse al carácter hereditario de la enfermedad. Incluso pueden evitar que se produzca una contaminación cruzada, algo muy frecuente entre los celíacos que salen a comer de restaurante.Un pueblo hermoso que merece la pena visitar por su belleza pero también por su preocupación y participación activa en una enfermedad que cada vez afecta a más personas.