Durante años, el peronismo predomino como el partido más fuerte, y defensor de los derechos del trabajador, pero en la actualidad el peronismo es un rezago de viejos iconos del pasado que buscan incrementar su patrimonio y no ayudar al progreso de la Argentina.

Durante toda la década que abarco el “modelo de país” que intento instaurar el gobierno anterior, la Argentina paso por el momento de mayor crecimiento y de las mejores condiciones favorables para el crecimiento de la industria y del PBI per cápita del país. Sin embargo, como la historia lo demostró, no solo la Argentina no creció durante la última década, sino que sufrió un retroceso y un estancamiento en su desarrollo como país tanto en industria como en todos los ámbitos, como salud, educación e institucionalización.

Bien sabido es que este retroceso no fue casualidad, sino que fue provocado intencionalmente por el Kirchnerismo. Desde el gobierno de Néstor Kirchner, el fallecido ex presidente, se encargo de montar una sociedad ilícita que utilizo el estado como escudo de impunidad para el aprovechamiento y ensanchamiento de su patrimonio y el de sus allegados de forma ilícita. Incluso después de su muerte, esta sociedad continuo con el vaciamiento y aprovechamiento del país robando el dinero público bajo al amparo de Cristina Kirchner, la cual utilizo pilares como Julio De Vido, Lázaro Báez, y Ricardo Jaime, para lavar dinero y cometer diferentes ilícitos con fines de su propio beneficio, a costa de la vida y futuro de muchos Argentinos pertenecientes al pueblo, que ellos pregonaban defender.

Pero el Kirchernismo no se creó de la nada, ni tampoco llego al poder por coincidencia, el Kirchnerismo nació de las entrañas podridas del peronismo, y llegaron al poder con el apoyo del mismo partido. Fue el mismo peronismo, quien a sabiendas de la corrupción del Kirchnerismo, continuo con su protección para mantener su ilusión de poder territorial sobre la Argentina, y solo cuando finalmente los k fueron derrotados, se desligan de los mismos.

Un claro ejemplo de estos son Juan Manuel Urtubey, Diego Bossio, Héctor Recalde, quienes fueron fervientes defensores del modelo, pero actualmente se amparan bajo el halo del partido justicialista y del peronismo. Incluso Sergio Massa líder del frente renovador, surgió políticamente de las filas del Kirchnerismo.

Actualmente, si bien el peronismo está pasando por un periodo de renovación, sus mayores exponentes siguen siendo fósiles del pasado (como Daniel Scioli , actual vicepresidente del partido Justicialista).

El partido justicialista tanto como las otras facciones del peronismo, continúan con la misma estructura política de pensamiento que los kirchneristas, y se jactan de que no tardaran en volver al poder. No hace falta mencionar el actuar de Carlos Menem, el último “autentico peronista” que fue presidente, y daño que le causo al país, (del cual todavía sufrimos secuelas), para imaginarse lo que podría suceder si luego de la presidencia de Macri, otro peronista sucediera el poder.

Para que Argentina crezca como país y tenga un proyecto de nación que se sustente y siga una línea recta de progreso a futuro como nación, es necesario que el pueblo tenga memoria, del daño y la letalidad que el partido Peronista y kirchnerista le hicieron al país, como dos caras de la misma moneda, que continuamente amenazan con tomar el poder por la fuerza, y no dejan creer al país, como el noble pueblo Argentino se merece.