Desde hace una semana, la IARC-OMS (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud) declaró al glifosato como"sustancia probablemente cancerígena para humanos".

La clasificación precisa que se le otorga al herbicida es del Grupo 2A, calificado como "probablemente carcinógeno para el ser humano". Este grupo se encuentra por debajo del Grupo 1, que agrupa a aquellos que reúnen suficientes pruebas para considerarlos como cancerígenos para los humanos. El estudio asevera que hasta ahora sólo hay suficientes evidencias para definir al glifosato como sustancia cancerígena para los animales, pero que todavía son limitadas para los seres humanos.

Este elemento fue creado en el año 1970 por la empresa Monsanto; cuatro años después, se lanzaría al mercado. El glifosato es un herbicida no selectivo, es decir: mata plantas sin discriminar.

Su entrada en la Argentina llegaría en pleno ocaso de los años noventa, después de que se aprobara la entrada de la soja transgénica RR de Monsanto, en 1996. Esta soja posee un transgén CP4 que resiste al herbicida. A partir de allí, la expansión sojera acapararía un total de más de 20 millones de hectáreas.

La marca comercial predilecta es Round-Up, también de Monsanto, pero también hay otras, manejadas por Bayer, Dupont, Dow Chemical, Syngenta y Nidera, y hasta por la propia YPF.

Según los números que maneja la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes de Argentina (Casafe), en el año 2012 se comercializaron 197 millones de litros de glifosato en el país.

Se trata del insumo por excelencia en materia de herbicidas en todo el país, acaparando el 40% del mercado. A su vez, el glifosato llevó a que en tan sólo un año, la facturación de los herbicidas se elevara en una cifra superior al 25%. El glifosato llegó a facturar unos 937 millones de dólares en toda la Argentina.

Para la Red de Médicos de Pueblos Fumigados (Reduas), fueron rociados unos 230 millones de litros de este herbicida en las zonas agrarias del país durante el año 2013.

A nivel de tasas, si calculamos que en Argentina viven 12 millones de personas en pueblos rodeados por campos donde se pulveriza con agroquímicos, quiere decir que reciben en promedio unos 22 litros del herbicida por año.

"Incluso cuando analizamos que en 1996-1997, momento en que comienza a sembrarse soja transgénica, se recomendaba hasta 3 litros de glifosato por hectárea por año, actualmente se aplican 12 litros de glifosato en la misma hectárea anual; lo que demuestra la incapacidad del modelo de Agricultura tóxica para enfrentar las respuestas adaptativas de la naturaleza, como el surgimiento de resistencia en las plantas", señala la Reduas.