‘NoMo’, que deriva del inglés ‘no mothers’ (no madres) es la manera en que se denomina a aquellas mujeres que han revelado su deseo de dedicarse a su carrera, a su vida social o a otras actividades entre las que no se cuentan tener hijos. Esta tendencia mundial no sólo involucra a famosas figuras del espectáculo sino que también se aplica a empresarias y profesionales.

En Argentina, la Asociación Argentina de Counselors atiende consultas de mujeres que plantean este tema, y conversamos con su Director, Alejandro Corbalán, para que nos explique su función y la coyuntura en la que surge este movimiento global.

Recientemente ha trascendido con mayor fuerza que las mujeres deciden priorizar su carrera o vida personal y relegan su decisión de tener hijos. En algunos países son denominadas ‘NoMo’ (‘no madres’, del inglés ‘no-mother’), y Argentina no parece ser la excepción. ¿Cuáles son los principales motivos a los que atribuye esta voluntad en cierto segmento femenino?

Lo que observamos, y a la vez promovemos, es una toma de decisión cada vez más libre acerca de la elección de la maternidad. Lo que en realidad priorizan cada vez más mujeres, hoy en día, es su libertad de elegir sobre su cuerpo, su vida y su descendencia. Los counselors acompañamos y alentamos esta libertad y responsabilidad en las elecciones personales, a la vez que ayudamos a analizar y ponderar sus consecuencias y efectos en el entorno relacional.

¿Por qué cree que en pleno siglo XXI es mal visto por cierta parte de la sociedad que las mujeres no deseen ser madres y, en cambio, se dediquen a nutrir sus profesiones o a vivir la vida con otros parámetros?

Transitamos de un paradigma que se extingue hacia otro que se va configurando a partir de nuevos parámetros filosóficos, éticos e incluso estéticos.

Muchos de nosotros estamos con un pie en las viejas estructuras que se desmoronan y con el otro en la conciencia de un cambio que se viraliza, merced a las tecnologías de la comunicación. Por eso, en algunos todavía hay cierta resistencia, cierto apego a las viejas creencias, a los mandatos tradicionales que determinaban que ciertos roles estuvieran por encima del verdadero deseo de las personas y de lo que llenaría de sentido sus vidas.

Los viejos constructos han sido la norma a seguir durante tanto tiempo, que cuesta dejarlos aún de lado rápidamente y, por otro lado, tampoco se trata de crear una opción excluyente. La verdadera libertad es elegir lo uno o lo otro, lo viejo o lo nuevo; hasta que un modelo se imponga sobre el otro por el valor que aporte a la humanidad.

¿En este tema tan importante, como es la maternidad, impera la decisión de la mujer?

Creo que sí, y la mujer de la posmodernidad tiene todo lo que necesita para disponer de su cuerpo y de la capacidad de procrear. Ha ganado mucho espacio en la toma de decisiones sobre muchos temas y su poder ha crecido en términos de hacer valer sus prioridades, derechos y elecciones.

Además, y desde un lugar más llano ¿por qué un hombre puede elegir ser padre o no, y una mujer no podría? ¿Acaso no le asiste el mismo derecho?

¿Últimamente se han incrementado las citas con personas que solicitan su opinión profesional sobre este tema? ¿En qué porcentaje?

No tenemos datos precisos sobre el tema en particular. Muchas veces las mujeres no traen a la consulta el tema en busca de un esclarecimiento sobre el mismo sino que lo traen como una convicción que han elaborado en la intimidad de sus conciencias. En otros casos, sí, tienen dudas y las traen a consulta. Algunas referidas a la maternidad específicamente, otras sobre el rol parental, sus obligaciones y responsabilidades, y en un plano más amplio, sobre las consecuencias de tener un hijo en otras áreas de su vida, hoy consideradas como tanto o más importantes que la maternidad para el desarrollo pleno de una mujer, como por ejemplo su carrera, profesión, trabajo o, inclusive, su actividad deportiva.