La NBA es distinta a cualquier otra liga de baloncesto. Mientras que en muchos lugares del mundo se considera a los jugadores como empleados que durante la época estival son libres de hacer lo que deseen dentro de determinados parámetros, en Estados Unidos un jugador NBA es una propiedad del equipo. Ellos son los que deciden si un jugador puede o no acudir a representar a su país en los campeonatos internacionales y su decisión es tan categórica como inamovible.

Esto ha provocado que muchos jugadores se vean apartados de sus selecciones por decisión de los equipos en los que juegan, que ni siquiera han alegado problemas de salud o posibles lesiones que necesiten reposo, sino sencillamente que ellos son los dueños del jugador y que le quieren fresco como una rosa cuando empiece la temporada regular.

Esto, que un jugador no tenga la opción de acudir a un campeonato mundial con su selección por orden unilateral de su club, sería algo que podría llegar a debatirse a lo largo de páginas y páginas. Se podría alegar que ellos pagan el sueldo de ese jugador y por tanto están en su derecho de preservar sus intereses por encima de conceptos como la nación a la que se adscriben cada uno de los jugadores que tienen contratados.Resulta irónico que en un país en el que se pide a tantos miles de ciudadanos, algunos deportistas de élite de las ligas nacionales de cada uno de los deportes mayoritarios, que acudan a defender a su nación en conflictos armados por medio mundo, en los que podrían morir, y sin embargo se prohíbe a jugadores de muchos países que acudan a defender a su país en un torneo en el que raro será que se tuerzan un tobillo, ya de lesiones graves mejor ni hablamos.

Estados Unidos es un pais diferente, con sus luces y sus sombras, sus rarezas (que tanto nos gustan) y sus contradicciones y faltas de criterio (que tan prepotentes les hacen parecer). Sin embargo son la liga de baloncesto más importante del mundo, por lo que resulta demasiado atractiva para un jugador como para no intentar entrar en ella aunque sea aceptando esas reglas que tanto coartan.

Sea como sea ahora mismo habrá muchos jugadores en su casa mirando la televisión a la espera de que empiece un campeonato en el que debieron estar y no estuvieron. Ningún deportista debería pasar por eso.