Las espadas están es este momento en todo lo alto en lo que ha competición se refiere. Durante lo que llevamos de año los pilotos de la escudería Mercedes han logrado dar emoción a lo que hasta hace no mucho era una monótona temporada en la que la escudería alemana se paseaba por los circuitos mientras las demás escuadras se peleaban por un tercer lugar en el cajón a no ser que un abandono de alguno de los dos les permitiese aspirar al segundo cajón del podio.

En apenas dos grandes premios han hecho lo que parecía imposible, que no supiéramos que esperar del resto de la temporada.

Hace unas semanas tuvieron un pequeño roce que desató la polémica y en el último gran premio a punto estuvieron de tener otro susto cuando Rosberg casi atraviesa una de las curvas por una zona que podría haber destrozado el coche.

Singapur es uno de los más novedosos añadidos a una competición que últimamente adolecía de novedades y cambios respecto a los clásicos circuitos que no han variado excesivamente con los años. Es uno de los pocos casos en los que una carrera se adaptará al horario de las emisiones europeas, lo que permitirá que nosotros veamos cómodamente sentados en nuestros sillones los giros de este gran premio a una hora distinta a las intempestivas que provoca la época de circuitos asiáticos, y en Argentina se podrá disfrutar de buena mañana acompañando el desayuno.

Eso quiere decir que esta carrera será nocturna y se celebrará a la luz de miles de proyectores gigantes que permitirán competir en mitad de una de las ciudades más importantes de sudeste asiático. Es posiblemente una de las carreras más espectaculares del año, ya que a la imagen brillante de una carrera nocturna se une el fondo urbano de una de las mayores ciudades de la zona, que parecen llevarnos a un mundo distinto, una ciudad que jamás duerme y está permanentemente en funcionamiento.

Mientras el sol se oculta tras los rascacielos, los motores comienzan a rugir y los bólidos culebrean entre los límites de la pista de Singapur.