Los Chicago Bulls son ahora mismocuartos en la Conferencia Este con 15 victorias por 9 derrotas, unbalance muy inferior al que se esperaba de este equipo al inicio dela temporada, cuando todos veían en ellos a uno de los posiblescandidatos a obtener el anillo cuando quedase cerrada la actualcampaña. Esta desviación entre las expectativas y la realidad hasido en gran medida producto de una serie de lesiones de sus grandesestrellas, como Derrick Rose o Joakim Noah, que les han obligado ajugar muchos partidos sin todo el equipo y, en algunos casos, a jugarcon estrellas que, aunque con el alta médica, no estaban aún a sumáximo nivel competitivo, lo que se acaba pagando.
Por el contrariolos Miami Heat son un equipo que, en general, no han tenido quelamentar bajas por lesión. Sin embargo, tienen un problema con lassinergias entre sus diferentes jugadores, que no acaban decompenetrarse adecuadamente y acaban convirtiendo muchos de suspartidos en demostraciones de habilidad individual sin ningún tipode beneficio de tener a uno de los mejores bases de la liga como esDwayne Wade.
En el primer cuarto los Chicago Bullsno tuvieron excesiva suerte en el tiro y, a pesar de tener el controldel juego, no lograron llevarlo al marcador y fueron poco a pocoperdiendo la ventaja del cuarto, que acabaron por perder por un 14 a18, que habla muy a las claras de la poca suerte que hubo de cara a laanotación.
En el segundo cuarto cambiaron lascosas para los de Illinois y rápidamente enjuagaron la desventajaque tenían respecto a sus rivales y empezaron a construir la suyapropia. Por su parte los Miami Heat no fueron capaces de obtener enningún momento una posición cómoda en el campo y se quedaron con14 puntos en todo el cuarto, poco más de un punto por minuto.
Alfinal del tiempo reglamentario los Chicago Bulls habían logrado unmarcador de 25 a 14 que les dejaba 7 puntos por delante en el globaldel partido.
En el tercer cuarto el planteamiento deambos equipos no cambió excesivamente y en los locales se siguiósin ver la calidad de los jugadores, ahogados por una defensa muyagresiva y por un ataque que siempre encontraba las grietas por dondellegar hasta la canasta, lo que acabó por volver a llevarles a unmarcador muy desfavorable, en este caso de 33 a 16.
Los Chicago Bulls habían duplicado enel parcial a sus rivales y en ese momento el partido ya era solo untrámite, con 24 puntos de ventaja para los visitantes. En el últimocuarto los de Illinois bajaron el ritmo para cuidar a sus estrellas ylos Miami Heat pudieron respirar, pero solo lograron dejar elluminoso en un 93 a 75, que no escondía las vergüenzas de los deFlorida.