Incluso a pesar de estar ahora mismo en un momento no especialmente brillante, pues han tenido unas semanas con excesivas imprecisiones y viendo como los equipos rivales les daban mayores problemas de los esperados para un equipo que está tercero en la Conferencia Oeste, los Houston Rockets son ahora mismo uno de los equipos que mejor conjunto tienen. Obtienen victorias a pesar de sus errores y van poco a poco engranando las piezas de la maquinaria. Era de esperar que derrotasen con cierta holgura a los Milwaukee Bucks en un partido que no tuvo grandes momentos pero sí una gran cantidad de baloncesto de calidad.

El primer cuarto empezó con los de Wisconsin obteniendo una cómoda ventaja en el marcador de 4 a 0 mientras los Houston Rockets seguían tratando de afinar la puntería. Sin embargo en el momento en el que lo lograron nos encontramos con un Tarik Black que logró 6 de los siguientes 9 puntos de su equipo y además logró una asistencia. Esto sacó a los jugadores del estado de la estrella solitaria del agujero y empezaron a dominar el partido en todas las facetas. Los Milwaukee Bucks no fueron capaces de seguirles el ritmo y acabaron entregando el cuarto con un marcador de 28 a 23 que ya auguraba malos tiempos para los de Wisconsin.

El segundo cuarto podría decirse que fue de transición. Los jugadores que salieron desde el banquillo no destacaron especialmente y cumplieron competentemente con su papel en ambos equipos, con lo que se llegó al final del tiempo reglamentario para este segundo cuarto con un marcador para los Rockets de 25 a 23.

En el BMO Harris Bradley Center de Milwaukee ya empezaban a vislumbrar un segundo tiempo igual de negro.

Y, de hecho, no erraron en sus predicciones, pues en el segundo tiempo empezaron los Milwaukee Bucks perdiendo en el marcador con mucha claridad y el equipo acabó por bajar los brazos, pues no se veían capaces de levantar el partido. Los Houston Rockets empezaron a campar a sus anchas por el campo y al final acabó el partido con un 117 a 103 que vista la primera mitad no sorprendió a nadie en la cancha.