Los New Orleans Pelicans son ahora mismo el primer equipo en la cola para entrar en los puestos de la Conferencia Oeste que dan derecho a participar en las eliminatorias por el título de campeón de la liga de baloncesto profesional de los Estados Unidos dentro de unos meses. Y lo han logrado a pesar de no contar entre sus filas con ninguna figura que pueda liderar al equipo y convertirlo en un claro candidato al título, sino peleando como un bloque en el que todos luchan en ataque y todos luchan en defensa, aportando cada uno todo lo que tiene para un objetivo común.
El caso de los San Antonio Spurs es, en cierto modo, el mismo y el contrario. Por un lado tienen a algunas grandes estrellas en su equipo y además son estrellas que han demostrado que son mucho mejores cuando juegan juntas. Sin embargo, el tener en su plantilla a Tony Parker, Tim Duncan y Manu Ginobili no está haciendo que el equipo vaya especialmente mejor, en parte porque aun con todo siguen siendo un equipo muy dependiente de sus estrellas, lo que se paga muy caro cuando estas tienen que ahorrar minutos porque ya no tienen 20 años. En este partido pagaron esto.
Nada más empezar el partido los New Orleans Pelicans recibieron la agradable noticia de que Tony Parker, base titular y principal referente en la distribución de juego del equipo texano no saldría al campo y, normalmente, esto suele significar que no saldrá en todo el partido.
Sabiendo esto plantearon el partido de un modo muy distinto, con una mayor presión a la distribución de juego y al base suplente en sí mismo, que no tiene la suficiente capacidad como para sustituir con solvencia a Tony Parker. Esto fue poco a poco viéndose reflejado en la cancha y en el marcador que fue minuto tras minuto poniéndose en contra de unos San Antonio Spurs que necesitaban a su director de juego o acabarían por perder el partido.
Sin embargo, el gran Tony Parker no estaba disponible y los demás no estaban en condiciones de cubrir el hueco que estaba dejando. Al final el resultado cayó por su propio peso en el marcador y quedó reflejado en un 97 a 90 para los New Orleans Pelicans.