Los Portland Trail Blazers son ahora mismo uno de los mejores equipos de la Conferencia Oeste. Han logrado ponerse terceros por detrás de los Golden State Warriors y de Memphis Grizzlies y por delante de unos Houston Rockets con tres de los jugadores más dominantes de la liga, Trevor Ariza, James Harden y Dwight Howard. Además han logrado esto sin ninguna de las grandes estrellas y solo con un juego de equipo enormemente sólido y un planteamiento sobre el campo que en muchos casos evita que conjuntos de menor nivel puedan siquiera jugar, convirtiéndose en una picadora de equipos de bajo nivel que solo tienen que preocuparse de sus rivales principales, lo que ayuda mucho a llegar cómodo a los partidos decisivos.
En el lado contrario están los New Orleans Pelicans. Octavos en la Conferencia Oeste, por ahora mantienen el tipo y han logrado no hace mucho una victoria clara frente a unos Houston Rockets que se esperaba que ganaran con facilidad. Son un equipo bien conjuntado que ha sido capaz de mantenerse entre los ocho mejores, lo que no es fácil en el Salvaje Oeste en el que han convertido los equipos más potentes este lado de la liga.
Los Portland Trail Blazers salieron al campo a acabar el partido por la vía rápida y lo lograron con solvencia desde el inicio. Hicieron un juego rápido, directo y sencillo que dejó a los New Orleans Pelicans sin posibilidad de respuesta y solución y que en el turno de réplica se encontró con un muro defensivo demasiado poderoso como para que pudieran llegar a seguirles el ritmo a los de Oregon.
Cuando llegó el momento de revisar el marcador en el primer cuarto ya iban 32 a 17, 15 puntos que eran bastante explícitos.
A partir de ese momento los Portland Trail Blazers bajaron algunas marchas pero sin descuidar el partido, esperando a que se cumpliera el tiempo reglamentario y pudieran recoger sus cosas para el siguiente partido de la temporada. Al final 114 a 88 y una nueva demostración de juego frente a un rival que sencillamente no llegó nunca a ser rival de los chicos de Oregon.