A tan solo dos días de la celebración de la elección de las nuevas autoridades de la Fédération Internationale de Football Association, el escándalo sacude a la institución.

A primeras horas de la mañana la policía local de Zúrich se hizo presente en el lujoso hotel Baur au Lac de la misma localidad, para dar respuesta al pedido de la justicia estadounidense en el que se solicita la extradición de siete funcionarios de la entidad.

Según detalló el New York Times estos funcionarios estarían enfrentando cargos federales de corrupción  que incluirían Fraude electrónico, crimen organizado y blanqueo de capitales.

Prácticas que aparentemente se vendrían desarrollando continuamente desde hace dos décadas allí. También se encuentran en proceso de investigación las adjudicaciones de sedes para la Copa Mundial y los acuerdos de mercadotecnia y derechos de explotación televisiva.

Entre los acusados se encuentran miembros del comité ejecutivo como Jeffrey Webb de las Islas Caimán; Eugenio Figueredo de Uruguay; y Jack Warner, de Trinidad y Tobago.

Tres argentinos se mencionan también entre comprometidos por las acusaciones. Alejandro Burzaco, Hugo y Mariano Jinkis, del área de publicidad deportiva y José Marguiles quien habría hecho de intermediario facilitando pagos ilegales.

Cabe destacar que el año pasado se cerraron las investigaciones internas de la FIFA sin resultados obtenidos.

En esa ocasión Michael Garcia, quien fuera el encargado de la investigación, renunció a sus cargo tras disentir con la decisión de no publicar el informe final sobre dicha investigación elaborado por él.

Joseph Blatter, que aparece como favorito para ganar por quinta vez consecutiva la presidencia de FIFA contra Ali bin al-Hussein, no se encuentra en la lista de imputados.

Al respecto la FIFA se pronunció aclarando que tienen conocimiento sobre la información publicada en el New York Times. Walter de Gregorio, director de comunicaciones, en conferencia de prensa confirmó la celebración del Congreso del viernes en el que serán elegidas las autoridades presidenciales de la entidad para los próximos cuatro años. A su vez sentenció, "Esto es algo bueno para la FIFA, para su reputación y para la limpieza"