El jueves 14 de mayo, se jugaban el pase a cuartos de final por la Copa Libertadores de América, Boca y River.
El partido de ida había sido favorable a River, la semana anterior en el estadio Monumental, tras el 1 a 0 final, con gol de Sánchez, de tiro penal.
El encuentro se aguardaba con mucha expectativa y parecía que iba a ser un clásico disputado, pero que el final no iba a ser el que fue.
River controló tácticamente a Boca durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Boca solo llegó con un débil tiro de Osvaldo, tras una pared con fortuna que rebotó en los defensores de River.
Mientras que River con Martinez y Driussi, descolocaban a los defensores de Boca, que presentó una tibieza terrible, frente a la sangre puesta por los jugadores de River que mantuvieron a raya a los caros players de La Boca.
Terminó el primer tiempo y todo el estadio desesperado, no entendía la reacción poco combativa del equipo. Parecía a priori, que River se llevaría la serie con tranquilidad.
Sin embargo, antes de que los jugadores de River pasaran por el túnel que los depositaba en el campo de juego, socios de Boca, rompieron el alambrado, tajearon la manga y esparcieron un gas tóxico que afectó a Vangioni, a Ponzio, a Driussi, a Kranevitter, a Martinez y a Funes Mori, provocándoles quemaduras, irritación en los ojos, y brotes en la piel, que no permitieron la recuperación de los mismos.
Luego la ineptitud de la Conmebol para suspender el partido hizo que pasen 3 horas hasta el anuncio esperado. El objetivo próximo de los ribereños, era afectar físicamente a quienes anularon a Boca y que los jugadores de Boca se quedaran en el campo de juego, obligando a los de River a retirarse y así conseguir el pase a la siguiente fase.
Los dirigentes de River, rápidamente se acercaron a sus jugadores y llamaron al médico oficial de Conmebol y al del control antidóping, para que verifiquen las lesiones y la resolución médica fue inmediata.
Desde la televisión, los relatores y comentaristas hacían oídos sordos a todo. Durante 40 minutos instaron a seguir el partido, sin escuchar lo que los movileros mostraban ante los ojos de la audiencia.
Todos estaban muy nerviosos; los de River, porque suponían que los harían jugar en esas condiciones inhumanas y los de Boca desesperados por el miedo a que suspendan todo. El veedor de la Conmebol, no sabía que decidir y el jefe de seguridad de la Nación tuvo que apurar la decisión.
La ventaja que quiso sacar Boca acaba de ser sancionada por los organismos competentes. El presidente de la FIFA, aconsejó dictar la pena máxima.
Nuestra hipótesis se enmarca en el plano de política nacional. Boca tiene como presidente a Angelici que es el hombre de Mauricio Macri en Boca. Una de las referencias para ganar políticamente del PRO en Buenos Aires, ha sido el éxito deportivo de Macri. Por eso Boca gastó millones para ganar todo este año.
Y River le aguó la fiesta. Por eso el gesto antideportivo avalado por los dirigentes "xeneizes", que desearon desligarse de la responsabilidad de lo ocurrido en un estadio, que debe clausurarse de inmediato por no estar preparado para partidos de alta importancia internacional.
Lo grave acá es la mafia política del macrismo que apaña a los barras en Boca Jrs. Una mafia que reparte un negocio de millones de pesos mensuales y que a fuerza de balas y de patotas, está instalada.
Hace minutos dieron el comunicado oficial de Conmebol. River ha pasado a cuartos de final, siendo mucho mejor que Boca Jrs. Lo ha superado sin dudas. De alguna manera, Boca hizo suspender el clásico por su impotencia, porque no le llegó a River ni a los talones y porque supuso como tantas veces, que recurriendo a la trampa, iba a salir ileso.
Será cuestión de la sociedad que ahora resuelva que dirigentes quiere tener: si trabajadores, patriotas y honestos o corruptos, vendepatrias y vagos, como la dirigencia boquense que a fuerza de mafia intenta ganar poder.