Por un lado, en River Plate siguen la buena racha, las alegrías y, como si fuera poco, se han recuperado jugadores muy especiales para el club, como fue el anhelado debut de Pablo Aimar tras lesiones, operaciones y una extensa rehabilitación, en el partido contra Rosario Central, cuyo director técnico, Eduardo "Chacho" Coudet también dejó su huella en el equipo millonario.
Pero, por otro lado, surgen varias incógnitas en cuanto al destino que les tocará a ciertos jugadores de River Plate al finalizar la Copa América, en el mes de julio.
Teófilo Gutiérrez, el colombiano que fue convocado por José Pekerman para integrarse a su selección en la competencia que comenzará en pocos días en Chile, manifestó en una entrevista en el diario Clarín que aún no tiene certeza en cuanto a lo que pasará luego de la Copa América.
Aunque en el último semestre mantuvo un nivel irregular, durante el partido contra Rosario Central Teófilo Gutiérrez no sólo marcó el primer gol sino que también brindó asistencias a sus compañeros y volvió a mostrar destellos de su calidad y su arrolladora personalidad dentro del campo de juego.
De todas formas, sus dudas sobre la continuidad en el equipo encendieron las alarmas entre los directivos de River, entre ellos Rodolfo D'Onofrio, quien estuvo el viernes pasado en la votación para el nuevo presidente de la FIFA en medio del escándalo mundial por denuncias de corrupción, y Enzo Francescoli.
Ambos se encuentran en suelo europeo para sondear las ofertas de clubes que pretenden comprar varios jugadores del plantel millonario.
Sin embargo, como contraparte a esta incertidumbre, la buena noticia es que trascendió que, justamente gracias a una arenga de Teo Gutiérrez, otro delantero de categoría y con un importante historial tanto futbolístico como emocional en la historia del club, Fernando Cavenaghi, confirmó que extenderá su contrato gracias al avance en la ronda de la Copa Libertadores.
Con un presente que fue remontando poco a poco, y seguramente impulsado por la eliminación de la Copa Libertadores a su eterno rival deportivo, Boca Juniors, y por los reiterados triunfos en el campeonato local, la esperanza y la alegría volvieron a reinar entre los jugadores y el cuerpo técnico de River.