El Tenis actual se encuentra atravesando una nueva era, y la misma tiene nombre y apellido: Novak Djokovic. El número 1 del mundo pasó por la gira asiática exhibiendo al máximo su juego intenso y avasallante, lo que le dio el título en Beijing y Shanghai sin ceder ni un solo set. En suma a esto, sus rivales no le encuentran lugarespor donde hacerle daño, y las diferencias son cada vez más grandes.

Dos trofeos levantados, diez partidos ganados, 20 sets a favor, 0 en contra. Ese fue el saldo que dejó el paso de Djokovic por tierras chinas. El serbio volvió a demostrar su superioridad ante el resto de los jugadores del circuito, y encarará la recta final de una temporada que puede terminar siendo histórica.

La tercera corona de su carrera en Shanghai (2012, 2013 y la conseguida el pasado domingo) dejó en claro que el serbio es el tenista del momento. Con una ventaja de más de 6 mil puntos ante el segundo del escalafón (14285 sobre 7870 de Andy Murray),Noleseaseguró el primer lugar hasta la próxima temporada, en la cual también será muy difícil de desbancar.

Victorias inapelables ante figuras como Rafael Nadal, Murray, Jo-Wilfried Tsonga y David Ferrer, entre otros, marcan la supremacía del oriundo de Belgrado en relación a los jugadores más importantes y mejor posicionados. De todos estos, el único que ha sabido complicarlo este año fue Roger Federer, con quien comparte un igualadísimo historial (21 triunfos por lado).

La paridad en los duelos ante el suizo evidencian el respeto que se tienen mutuamente, que data desde hace ya varios años. Los tremendos choques que tuvieron en la final de Wimbledon y US Open en esta temporada hablan por si solos, aunque ambos quedaron del lado del número 1 de la actualidad.

La clara victoria ante Tsonga en la final de Shanghai significó la número 73 del año para este tenista de 28 años, alcanzando un sorprendente porcentaje de éxito del 93,5 %.

Logrando 9 títulos en total, Nole intentará alcanzar la decena de consagraciones antes de finalizar esta temporada, algo muy posible ya que restan por jugar al menos dos torneos de suma importancia (Masters 1000 de París y el Torneo de Maestros).

Luciendo una derecha infranqueable, un revés punzante, un saque que cada vez le funciona mejor, y una mentalidad terriblemente ganadora, Djokovic quiere meterse de lleno en la historia grande del tenis. Y al paso que va es algo más que factible.