El italiano Gianluca Brambilla (Etixx-Quick) ganó en solitario en la octava etapa del Giro de Italia en un trayecto con salida de Foligno y llegada a Arezzo, de 186 kilómetros. La alegría fue por partida doble no solo por tratarse del primer triunfo parcial en una carrera grande por etapas, sino también por calzarse la "maglia rosa" de líder de la carrera. 

Brambilla, junto con el español Alejandro Valverde (Movistar), fue el protagonista de una etapa que vio demorado su comienzo por la presencia de clavos, de unos cinco centímetros de longitud y oxidados, que estaban diseminados en la zona de competencia en Foligno, motivo por el cual la organización y los aficionados debieron limpiar la carretera

El desarrollo de la competencia en la jornada de sábado tuvo su punto crítico en el ascenso al Alpe di Poti, ubicado a 28 kilómetros de la meta y con pendientes medias entorno al 9 y el 10 por ciento.

Allí llegaron los 13 escapados que se escaparon a 20 km del inicio de etapa, con el italiano ya líder virtual imponiendo un fuerte ritmo para superar a sus compañeros de fuga y luego no tomar riegos en una bajada muy técnica en la cual se mantuvieron las distancias con Brambilla al frente en el arribo a Arezzo, en donde se proclamó ganador con un crono de 4 horas, 14 minutos 05 segundos con una ventaja de 1'06 sobre Matteo Montaguti y de 1'27 sobre Moreno Moser en un podio 100% italiano.

Valverde, Nibali, Landa, Zakarin y Chaves finalizaron a 1'40, mientras que el holandés Tom Dumoulin (Giant), que salía como líder, cedió 2'51 en la llegada con lo cual perdió la maglia rosa en favor del propio triunfador de la jornada y cayó al puesto 11 en la general.

Gianluca le sacó 23 segundos al ruso Zakarin y 33 segundos al neerlandés Steven Kruijswijk en una clasificación que muestra a los colombianos Esteban Chaves y Rigoberto Urán en la sexta y séptima colocación respectivamente.

El domingo se disputará la novena etapa que constará de una crono sobre un circuito en Chianti de 40,5 kilómetros.